El papel de internet en la política brasileña nunca fue tan visible como en las elecciones nacionales 2010, donde las campañas on-line de los candidatos pelean en desventaja contra las cadenas de rumores, y deben hacer frente a un público mucho más voluminoso de lo esperado.

Dilma Rousseff | Wikipedia

Dilma Rousseff | Wikipedia

Consultados por la AFP a inicios de la disputa, los responsables de los sitios web de los candidatos, la oficialista Dilma Rousseff y el socialdemócrata José Serra, señalaban que internet constituía una gran herramienta que les permitiría difundir y discutir ideas con los votantes.

Pero a días del balotaje del 31 de octubre, el ciberespacio se transformó en un sangriento campo de batalla de acusaciones y desmentidos constantes, y agresiones de desconocidos que hasta reciben respuestas de los propios candidatos.

La herramienta de campaña se salió de control para los dos postulantes.

“No son candidatos 2.0 (de interacción a través de internet), son todavía 1.0 intentando usar esos nuevos medios”, ilustró Pollyana Ferrari, profesora de periodismo digital de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo (PUC-SP).

Las campañas no sólo debieron enfrentarse a cientos de e-mails “troll” (aquellos que buscan atizar la discusión) que recorren diariamente la red con ‘propuestas’ o videos engañosos, sino que también debieron lidiar con un público muy participativo que adora apropiarse de los temas de campaña.

“No estaban preparados” para la repercusión que tendría la disputa electoral en los medios digitales, destacó Ferrari a la AFP.

“El brasileño es apasionado por las redes sociales, adora estar en esos medios. El brasileño tiene esa cosa de exposición, habla, muestra sus fotos”, señaló la especialista sobre el afán por los sitios de confraternización.

De hecho, el 86% de los 70 millones de internautas brasileños navegan en webs como Orkut, Facebook, Twitter o participan en blogs, según el último estudio de la consultora Ibope.

José Serra | Wikipedia

José Serra | Wikipedia

Así, uno de los booms de la campaña fue “Dilmaboy”, un joven que al son de la cantante Lady Gaga canta estrofas como: “Lamento, Serra pero vas a perder” y “Ella es la nueva Evita Perón”. El video divulgado en Youtube fue un gran éxito y se acerca a las 300.000 visitas.

En la campaña para la primera vuelta, los coordinadores de propaganda usaron los medios digitales para “hacer un diario de campaña. Pero en esta segunda fase se dio un crecimiento exponencial de todas las groserías y las peleas que fueron para la red”, destacó Ferrari al afirmar que los sitios de socialización son medios “orgánicos, donde no se consigue prever qué asuntos van a estallar”.

Pero la gran crítica de la especialista es que los coordinadores de campaña no supieron responder a la voluminosa participación de los brasileños en la red, y muchos de los temas que se dispararon en el mundo virtual y no fueron aprovechados, acabaron retomados por los medios tradicionales, y siendo asunto de disputa incluso en los debates de los candidatos.

“Un asunto a partir de un twitter acaba saltando al Jornal Nacional”, el telediario de mayor audiencia emitido por el canal Globo, y el tema acaba alcanzando a los millones de personas que no acompañaban internet, agregó.

Este fue el caso de cuestionamientos a Rousseff sobre su posición sobre el aborto. El tema surgió a raíz de cadenas de e-mails, se insertó en la agenda de campaña y a las pocas semanas la candidata aparecía en el Santuario de Aparecida, patrona de Brasil, a medio camino entre Rio y Sao Paulo (ambos sudeste).

“Cuando no hay mediación (intervención de los responsables de las campañas), los rumores van creciendo y resulta viral: no hay cómo controlarlo”, estimó Ferrari.

Rousseff y Serra se medirán el próximo domingo en una segunda vuelta a la que la candidata oficialista llega como firme favorita.