El primer juicio en Estados Unidos a uno de los detenidos en Guantánamo en el marco de la “guerra contra el terrorismo” se inició en Nueva York este martes con alegatos de la fiscalía y la defensa.

El proceso a Ahmed Khalfan Ghailani se reanudó tras ser aplazado la semana pasada, luego de que el juez Lewis Kaplan rechazara la validez de uno de los principales testigos presentados por la fiscalía.

Ghailani está acusado de haber desempeñado un papel importante en la matanza de 224 personas en los atentados con bomba de 1998, contra dos embajadas de Estados Unidos en Africa, en Kenia y Tanzania.

Kaplan concluyó el martes la selección del jurado y luego se efectuaron las declaraciones preliminares de las partes.

“Demostraremos que ambas matanzas en Africa oriental fueron obra de una célula de Al Qaida. Y este hombre, Ahmed Ghailani, era una parte vital de esta célula”, dijo el fiscal Nicholas Lewin.

El fiscal agregó que entre los testigos de la acusación acudirían el embajador de Estados Unidos en Tanzania en la época del atentado y otros funcionarios de la embajada.

El abogado defensor dijo que “el gobierno puede llamar a cientos de testigos, pero este caso se resumirá en una pregunta esencial: ¿Sabía el acusado?”.

“Al final de este caso, ustedes van a concluir que la respuesta a esa pregunta es no, que el sospechoso es alguien que se dejó llevar y no sabía lo que estaba haciendo”, agregó el abogado.

Kaplan había postergado el juicio la semana pasada para dar tiempo a la fiscalía a una eventual apelación de su decisión de rechazar a un testigo clave, pero ésta anunció que desistía de cuestionar el dictamen del juez.

El juez había decidido que el testigo Hussein Abebe no podía intervenir en el juicio porque el mismo “hubiese sido producto de declaraciones realizadas por Ghailani a la CIA bajo coerción”.

Según la fiscalía, Abebe admitió haber vendido a Ghailani los explosivos utilizados en los atentados, pero los datos fueron obtenidos por la CIA al acusado bajo “interrogación reforzada”, es decir, según la defensa, bajo tortura.

Los abogados de la defensa alegan que los derechos de Ghailani están socavados por el hecho de haber sido torturado en las cárceles clandestinas de la CIA y por haber estado detenido durante cinco años, incluyendo a Guantánamo, antes de ser presentado ante un juez en una corte normal.

Se trata de la primera vez que un ex preso de la “guerra contra el terrorismo”, lanzada por el ex presidente George W. Bush tras los ataques del 11 de setiembre de 2001, es enviado ante un tribunal civil en Estados Unidos.

El juicio constituye un test para los planes del presidente Barack Obama de cerrar la prisión de la base naval norteamericana en Cuba y trasladar a los sospechosos para ser juzgados en tribunales normales norteamericanos.

Sin embargo, la decisión de Kaplan de excluir a un testigo clave parece indicar que los planes de Obama podrían toparse con serios obstáculos.

De todas formas, Ghailani tiene, según el propio juez, pocas posibilidades de quedar en libertad, ya que Kaplan advirtió que podrá permanecer detenido en calidad de “combatiente enemigo”.