Las últimas lluvias dejaron en evidencia las serias carencias que siguen sufriendo las personas damnficadas por el maremoto en Talcahuano. El barro es ahora el enemigo número uno de los pobladores de los campamentos.

El barro y el agua han marcado a las más de 200 personas que llegaron hasta el campamento Santa Clara, buscando un lugar seguro donde levantar viviendas de emergencia, luego de sufrir los embates del maremoto en Talcahuano.

Es que a pesar del déficit de precipitaciones que aún supera el 38% en la zona, los más de 20 milímetros de agua caídos durante las últimas horas se han transformado en un dolor de cabeza que refleja las carencias que sufren los damnificados.

La señora Sonia Guajardo que vive en las casas del campamento que tras la lluvia lucen como palafitos, dice que la ayuda necesaria pasa por vestuario y calzado contra el barrio y el agua.

Las autoridades municipales siguen entregando ayuda, aunque concentradas en reforzar la capacidad de las viviendas para resistir las lluvias y el frío, según señaló Leo Vergara, evaluador de la Municipalidad de Talcahuano.

Mientras, los vecinos damnificados siguen organizando sus vidas en estos campamentos llamados ahora aldeas, pequeños asentamientos donde el barro sigue marcando la historia de esta gente, que lo perdió todo junto al mar y que ahora lucha por un futuro más digno.