Una muerte casi instantánea encontró el jefe de la Cuarta Comisaría de Carabineros de Molina, Mayor Alejandro Valdés Barbieri (40).

El oficial de la policía uniformada se desplomó al suelo mientras se duchaba al interior de su residencia particular en el kilómetro 12, sector El Cóndor, de la misma comuna de Molina, donde prestaba funciones profesionales.

El Mayor Valdés fue hallado por su novia con débiles signos vitales, por lo que pidió ayuda a personal de turno en la población, donde a pesar del rápido desplazamientos de una patrulla ingresó fallecido al servicio de urgencias del hospital de la comuna, tal cual lo confirmó el Prefecto de Curicó, Carlos Bravo.

Confirmado su deceso, la noticia causó profundo impacto, ya que el Mayor Valdés gozaba de amplio aprecio en sus subalternos y especialmente en la comunidad, tales como juntas de vecinos y el municipio local.

El fiscal jefe de Molina, Miguel Gajardo, señaló que por transparencia se ordenó pericias al sitio del suceso a cargo de un equipo de la Labocar y una autopsia para descartar la participación de terceros en la muerte del oficial.

El último procedimiento quedaría pendiente, ya que el Servicio Médico Legal de Curicó no cuenta con un legista para cubrir las muertes durante días festivos ni fines de semana, por cuanto se pedía la comparecencia de un profesional de otra zona del país.

Los restos del malogrado Comisario de Molina serán llevados hasta Chillán, su ciudad de origen.