Laura Chinchilla se convirtió en los comicios del domingo en la primera mujer que llega a la presidencia de Costa Rica y lo hace con el reto de combatir el narcotráfico y la inseguridad, y mejorar el estado del bienestar implantado hace 60 años.

Imagen: laurachinchilla.com

Chinchilla, una experta en temas de seguridad de 50 años, obtuvo tantos votos como sus dos rivales juntos, Ottón Solís (centro-izquierda) y Otto Guevara (derecha), quienes reconocieron su derrota.

En su primer discurso, la mandataria electa prometió honrar la confianza de sus votantes y mantener un “diálogo permanente con los sectores sociales y políticos del país”.

“Es un momento de alegría, pero sobre todo de humildad (…) No traicionaré esa confianza, porque tengo claro que no me ha sido dada como un regalo”, admitió la candidata ante una multitud de seguidores que salió a las calles para festejar una victoria que “superó las expectativas”, según confesó.

Con el 90,35% de las mesas electorales escrutadas, Chinchilla obtenía el 46,75% de los votos, seguida por Solís (25,17%) y Guevara (20,82%) y el socialcristiano Luis Fishman (3,88%), según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

La candidata concurría por primera vez a unas elecciones, después de haber sido vicepresidenta y ministra de Justicia en el gobierno de Oscar Arias, al que sucederá el próximo 8 de mayo.

Chinchilla delineó sus principales retos: combatir la inseguridad y el narcotráfico -que según ella amenaza con “librar la última batalla” en Centroamérica tras la violencia que ha desatado en México y Colombia- y profundizar el estado del bienestar implantado en 1948 tras la guerra civil.

Asimismo, se comprometió con la defensa del medio ambiente.

Visiblemente emocionada y arropada por su esposo, el penalista español José María Rico, y su hijo de 13 años José María, prometió convertir Costa Rica en el “primer país desarrollado” de la región.

Uno de los primeros en felicitarla por el holgado triunfo fue su mentor, el presidente Oscar Arias, de su misma formación, el Partido de Liberación Nacional (PLN, centro-derecha), con quien debe reunirse en los próximos días para definir el traspaso de poderes.

Sus principales oponentes admitieron sus derrotas y felicitaron a la candidata poco después de que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) diera los primeros resultados parciales de los comicios, que registraron una abstención del 30,79%.

Tras marcar distancia con las tendencias feministas durante su campaña, la presidenta electa tuvo palabras de agradecimiento para las mujeres que “continúan superando las barreras y haciendo más grande a Costa Rica” y para sus dos contrincantes en la campaña.

Según su partido, parte de la victoria se la debe a las mujeres, que la apoyaron casi un 10% más que los hombres.

Quizá por eso anunció que espera conformar un gabinete con tantos hombres como mujeres.

Con una licenciatura en Ciencias Políticas y una maestría en Administración Pública por la universidad estadounidense de Georgetown, Chinchilla llega a la presidencia con una gran experiencia en la función pública, donde ha sido ministra de Seguridad y Justicia, vicepresidenta y diputada en su dilatada carrera.

Los costarricenses se lanzaron a las calles en la noche del domingo a festejar lo que Oscar Arias había denominado durante la jornada “fiesta multicolor” en la que no se produjeron incidentes de importancia.

“Es un proceso electoral bastante sólido, con un comportamiento cívico ejemplar”, declaró a la AFP la jefa de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), la colombiana María Emma Mejía.