Gran Bretaña pidió este lunes a China que “haga lo correcto”, en un último intento para que no ejecute a un británico acusado de tráfico de droga.
“Incluso en este último momento espero que vean que en un mundo moderno no es apropiado ejecutar a un hombre con problemas mentales”, dijo el viceministro de Relaciones exteriores, Ivan Lewis.
Horas antes, el gobierno británico había afirmado que hacía todo lo posible para impedir la ejecución en China del ciudadano británico, con problemas mentales según su familia, detenido en septiembre de 2007 con 4 kilos de heroína y condenado a la pena capital.
“El gobierno británico hizo y continuará haciendo todo lo que esté a su alcance para obtener un juicio justo y la clemencia con respecto al veredicto de pena de muerte para Akmal Shaij”, declaró en un comunicado un portavoz del primer ministro británico, Gordon Brown.
Unos 40 allegados a Shaij, entre ellos su hermano Akbar, manifestaron en silencio este lunes en Londres delante de la embajada de China para pedir a las autoridades de ese país que desistieran a ejecutar la pena.
Akmal Shaij, de 53 años, padre de 3 hijos, sufre, según su entorno, de problemas mentales. Fue condenado a muerte por tráfico de droga y debe ser ejecutado el martes luego de la confirmación de su condena el 21 de diciembre por la Corte Suprema, indicaron sus abogados.
La ejecución del británico, si se lleva a cabo, será la primera de un ciudadano de un país de la Unión Europea (UE) en China en 50 años, según los abogados de Shaij.