Este sábado uno de los legisladores demócratas indecisos, Ben Nelson, optó por votar a favor del proyecto de ley.
Nelson, quien reclamaba que se prohibiera la utilización de fondos públicos para practicar abortos, considera haber conseguido su objetivo.
A falta del apoyo de los republicanos, los demócratas necesitan 60 de los cien votos del Senado para lograr la adopción del texto, lo que implica que consigan los 58 votos de su grupo parlamentario sumados a los dos votos de los legisladores independientes.
El sábado por la mañana las cuentas parecían estar a favor del partido gubernamental, lo que permitiría cerrar la laboriosa elaboración política del proyecto emblemático de la presidencia Obama.
Después de meses de negociaciones había llegado la hora de cerrar los últimos detalles.
Los 40 senadores de la oposición republicana se oponen en bloque a un plan que consideran aumentará las primas de los seguros, pondrá en peligro el sistema de salud de los ancianos (Medicare) y costará demasiado caro al Estado federal.
Los republicanos han tratado de retrasar los plazos legislativos calificando de “arbitraria” la fecha navideña impuesta por los demócratas.
El texto en vías de aprobación tiene como objetivo proporcionar una cobertura médica a 31 de los 36 millones de estadounidenses que no tienen seguro, bajar los costos de la salud y mejorar la calidad de las prestaciones. De prosperar la ley, el 94% de los estadounidenses de menos de 65 años obtendrían cobertura médica.