Extendiéndose en largas respuesta y siendo constantemente interrumpida por el juez Renato Pinilla, Jeanette Hernández continuó entregando declaraciones en su segundo día de juicio en el llamado Caso Rojo, en el Juzgado Oral en lo Penal de Puente Alto.
Jeanette Hernández es acusada de ser la autora material del ataque de sus hijos ocurrido el 17 de enero de 2008 al interior de su domicilio en la misma comuna.
En sus declaraciones volvió a reiterar que fue violada por un cliente de su peluquería que identificó como Carlos, y fue extorsionada por este sujeto. Antecedentes que a juicio del abogado querellante de la Intendencia, Marcelo Gaete, la fiscalía tenía conocimiento al respecto por lo que no son datos nuevo en la investigación.
Hernández aclaro que hasta el día de hoy toma antidepresivos, y que ha tenido reiteradas visiones premonitorias en la que su hijo Esteban Rojo de 7 años le ha advertido de su padre, y los motivos por los que no la ha visitado. Sueños que incluso le advirtieron de un intento de suicidio de María del Pilar Pérez en el centro Penitenciario Femenino.
La imputada cayó en constantes contradicciones y tras un año y medio da cuenta de la amenazas de este supuesto sujeto que la habría violado y extorsionado desde octubre de 2007.
Hernández revivió pasajes del día en que ocurrió la agresión a sus 2 hijos. La mujer entre lágrimas recordó que el día de los hechos llegó a su domicilio y tras dejar su bolso se percató que Pablo, el mayor de ellos, se encontraba tirado. Agregó que en el suelo había visto algo rojo (sangre) y que éste le realizaba señales pidiéndole ayuda.
Dijo haber quedado shockeada y por esto señaló que lo primero que hizo fue salir a pedir ayuda, sin percatarse qué pasaba con Esteban. Con posterioridad, según su relato, volvió a ingresar a su casa y si bien subió al segundo piso, no vio a Esteban.
Más tarde se establecería que el cuerpo del niño yacía sin vida, tirado entre las 2 camas.
La Fiscalía Metropolitana Sur intenta condenar a Hernández al presidio perpetuo simple y a otros 12 años de cárcel por los delitos de parricidio y parricidio frustrado. Para acreditar la responsabilidad de la mujer, el Ministerio Público presentará 116 testigos y una serie de pruebas periciales.