Donald Trump anunció que Estados Unidos abatió este jueves un dron iraní que se había acercado a un buque estadounidense en el Estrecho de Ormuz, el último incidente en una región que experimenta tensiones crecientes desde hace más de dos meses. Sin embargo, el ejército del país asiático aseguró que todos sus drones habían regresado a su base con normalidad.

El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el derribo del aparato iraní que, según él, se había acercado peligrosamente a un navío estadounidense y había ignorado varios llamados a que se alejara.

Según él, el dron iraní se acercó a menos de 1.000 yardas (un poco menos de 1.000 metros) del navío anfibio USS Boxer que tomó una “acción defensiva”.

“El dron fue destruido inmediatamente”, señaló.

Desde la ONU, el canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, dijo que no tenía información sobre la pérdida de ningún dron.

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A pesar de las afirmaciones delirantes y sin fundamento de Trump, todos los drones (enviados) en el golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz
- Portavoz de las fuerzas armadas de Irán

Para Trump, esta fue la última de “muchas acciones provocadoras y hostiles de Irán contra los buques que operan en aguas internacionales”.

“Estados Unidos se reserva el derecho de defender las instalaciones de su personal, y sus intereses, y exhorta a todas las naciones a condenar la libertad de navegación y el comercio mundial de Irán”, apuntó.

El mandatario también hizo un llamado a otros países para que protejan sus naves en el estrecho y trabajen con Estados Unidos.

Un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, confirmó el incidente en un comunicado, diciendo que había ocurrido a las 10:00 horas (1:30 de Chile) mientras el USS Boxer se preparaba para ingresar en el Estrecho de Ormuz.

El 20 de junio, Irán derribó un dron estadounidense que, según Teherán, estaba en su espacio aéreo. Entonces, Trump afirmó que había cancelado en el último minuto un ataque en represalia para evitar un alto costo humano.

Mural en exembajada de EEUU en Teherán | Agence France-Presse
Mural en exembajada de EEUU en Teherán | Agence France-Presse

La zona del Golfo y del Estrecho de Ormuz -por donde pasa un tercio del transporte marítimo de petróleo del mundo- está en el centro del creciente enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán.

Mientras Washington intenta formar una coalición internacional para escoltar a los buques mercantes en el Golfo, el jefe del Mando Central de Estados Unidos, Kenneth McKenzie, se comprometió “enérgicamente” este jueves a garantizar la seguridad del transporte marítimo en esta zona, durante una visita a Arabia Saudita, país rival de Irán en la región.

Ejército iraní desmiente a Trump

El ejército iraní aseguró el viernes que todos los drones enviados la víspera en misión “regresaron” a su base, desmintiendo las afirmaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según las cuales un navío había destruido un aparato teledirigido iraní.

“A pesar de las afirmaciones delirantes y sin fundamento de Trump, todos los drones (enviados) en el golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz, incluyendo aquel en el que piensa el presidente estadounidense, regresaron a su base”, declaró el general de brigada y portavoz de las fuerzas armadas Abdolfazl Shekarchi, citado por la agencia Tasnim.

“No hay ningún informe sobre un enfrentamiento con el ‘USS Boxer"”, agregó el responsable, en alusión al navío anfibio estadounidense que, según Trump, habría destruido un dron iraní el jueves en el Estrecho de Ormuz.

Pocas horas antes del incidente, los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite de la República Islámica, anunció que desde el 14 de julio mantiene retenido a “un petrolero extranjero” y a su tripulación por acusaciones de contrabando.

El anuncio de la requisa del petrolero tiene lugar dos días después de declaraciones del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, quien anunció que Irán respondería “en el momento y lugar oportunos” a la intercepción, el 4 de julio, de un petrolero iraní por las autoridades británicas frente a las costas de Gibraltar.

Archivo | NIOC
Archivo | NIOC

Washington ha reforzado su presencia militar en la región, acusando a Irán de estar detrás de actos de sabotaje contra cuatro buques-cisterna en las cercanías del Estrecho de Ormuz en mayo pasado, y de dos ataques de origen desconocido a mediados de junio contra dos petroleros -uno japonés y otro noruego- frente a las costas iraníes en el golfo de Omán. Teherán niega estas acusaciones.

Después de salirse unilateralmente del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní de 2015, Washington impuso sanciones que lastraron al país y que llevaron a la economía a caer en recesión a medida que perdía compradores para su petróleo.

Desde mayo Irán comenzó a incumplir algunos compromisos, en una estrategia que dice que está orientada a presionar a las otras potencias que mediaron en el acuerdo para que tomen medidas para garantizar que el pacto subsista.

En cuanto a eventuales negociaciones, según The Guardian, el jefe de la diplomacia iraní, Javad Zarif, propuso inspecciones inmediatas y más completas del programa nuclear iraní, a cambio de que Washington levante las sanciones.

Trump por su parte sugirió que la presión estadounidense podría conducir a la apertura de negociaciones. “Nosotros lo único que queremos es un acuerdo justo”, dijo Trump.