De arrebatarle la Casa Blanca a Donald Trump, dos de los principales desafíos del exvicepresidente Joe R. Biden serán comenzar a controlar la pandemia de covid-19 y luego hacer que la economía de EEUU vuelva a alzar el vuelo.
No obstante, la desregulación de normas medioambientales es otro de los entuertos que generó el controvertido empresario.
Aquello para complacer a los estadounidenses que no creen en el cambio climático, tal como él, y favorecer a las compañías que apoyan los combustibles fósiles.
A la fecha, Trump ya se encamina a desechar 100 normas ambientales, algunas heredadas de la administración de Barack Obama, usando en su mayoría órdenes ejecutivas, atribuciones específicas al cargo que ostenta.
Además, Trump retiró a EEUU del Acuerdo de París en junio de 2017, a cuatro meses de haber llegado a la primera magistratura, por considerar que se trata de un entendimiento “desventajoso” para los trabajadores y los contribuyentes de su país.
Biden ha venido haciendo llamados a tomar acciones para combatir el cambio climático en el país del norte, golpeado por un creciente número de huracanes e incendios forestales en los últimos años.
“La primera cosa que haré será volver al Acuerdo de París”, prometió Biden durante su primer debate contra Trump, “porque con nosotros afuera miren lo que está pasando. Todo se está desmoronando”, lamentó.
En esa instancia dijo que reuniría un paquete de US$20 mil millones para que Brasil controlara la deforestación del Amazonas y los amenazó con sanciones económicas si no lo hacían.
No obstante, su idea fue criticada por Jair Bolsonario, quien tildó de lamentables sus dichos.
Su ministro de Medio Ambiente fue aún más allá e ironizó con su planteamiento. “Solo una pregunta, la ayuda de los US$20 mil millones de Biden, ¿es por año?”, tuiteó Ricardo Salles.
Sumado a todo lo anterior, Biden ya comunicó que organizaría una cumbre de los principales contaminadores del mundo para “persuadirlos” de llegar a compromisos más ambiciosos para reducir las emisiones de carbono.
Biden ha preparado un ambicioso plan de dos billones de dólares contra el cambio climático que incluye una “revolución de energía limpia” que busca una economía de cero emisiones como máximo para 2050.
Al mismo tiempo ya prometió revertir rápidamente varios retrocesos decididos por Trump respecto a regulaciones sobre estándares ambientales, aunque esa aventura ya se ve compleja de concretar sin mayores obstáculos por parte de los republicanos y posiblemente las cortes, donde su rival ha instalado cientos de jueces.
