Fetullah Gülen, un clérigo musulmán turco que eligió vivir exiliado en Estados Unidos, dijo el sábado que no estaba implicado de ninguna manera en la intentona golpista en Turquía, y sugirió que ésta puede haber sido montada por el propio presidente turco.

Gülen, un predicador solitario que cuenta con seguidores en todo el mundo y vive en la pequeña localidad de Saylorsburg en las montañas Pocono del estado de Pensilvania, es acusado regularmente de cumplir un papel en la política turca entre bastidores.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusó a Gülen de estar detrás de la intentona golpista del viernes que dejó al menos 265 muertos, e instó a Estados Unidos a extraditar a Turquía al “hombre que vive en Pensilvania”.

“No sé quiénes son mis seguidores”, dijo Gülen al diario estadounidense The New York Times desde su residencia, al ser consultado si algunos de sus partidarios estuvieron involucrados en el intento golpista.

“Como no conozco a estos individuos, no puedo hablar sobre su potencial involucramiento. Puede tratarse de algo montado por la oposición o por nacionalistas. He estado fuera de Turquía durante 30 años y no he estado siguiendo esto”, comentó.

Poco después de comenzado el intento de golpe de Estado, Gülen condenó “en los más firmes términos” la insurrección militar en Turquía.

En la excepcional entrevista al diario estadounidense, Gülen sugirió que era “posible” que el golpe haya sido orquestado por Erdogan.

“Pero como creyente que soy, no puedo hacer acusaciones sin tener pruebas. Puede que sea una mentira, puede ser una acusación falsa y pido que dios me proteja de hacer falsas acusaciones”, dijo Gülen.

“Algunos líderes montan (…) falsos atentados suicidas para reforzar su posición, a ese tipo de gente se le pueden ocurrir ese tipo de escenarios. Como creyente, no puedo hacer falsas acusaciones”, señaló.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que Estados Unidos asistiría a Turquía en la investigación sobre el golpe fallido e invitó a Ankara a compartir cualquier prueba que tuviera contra Gülen.

Gülen, de 75 años, fue en el pasado un estrecho aliado de Erdogan, pero la amistad se rompió en los últimos años, cuando Erdogan comenzó a ver con suspicacia la poderosa influencia de Hizmat, el movimiento de Gülen, en la sociedad turca, incluyendo los medios de comunicación, la policía y el poder judicial.

El predicador se mudó a Estados Unidos en 1999, antes de ser acusado de traición en su país. Desde entonces, lleva una vida apartada en Pensilvania, rechazando entrevistas y con escasas apariciones públicas.