Cataluña no será “rehén” del Brexit y del bloqueo político en España en su camino hacia la independencia, que en 2017 entra en un momento decisivo, asegura a la AFP Amadeu Altafaj, representante del gobierno catalán ante la UE, a la que urge a “presionar” a Madrid para que dialogue.

Tras cinco años de masivas movilizaciones independentistas, como las del pasado domingo que congregaron a cientos de miles de personas, el plan de Cataluña para separarse de España, sin el acuerdo de gobierno español, entra en 2017 en un año decisivo, pero en un contexto de crisis política en la UE y en Madrid.

“Las instituciones catalanas y el gobierno catalán, en particular, no van a ser rehenes de este doble ‘impasse’ en Europa y en España”, subraya Altafaj, una especie de embajador ante la UE, pero sin rango diplomático al tratarse de una región.

Aunque en un primer momento la celebración del referéndum de independencia de Escocia en 2014 dio alas a Barcelona para intentar pactar una consulta similar, que Madrid rechaza de plano, el actual bloqueo político en España y la decisión británica de abandonar la UE parecen haber enfriado cualquier posibilidad de diálogo.

Ante la negativa a negociar cualquier consulta pactada, Cataluña mantiene su “hoja de ruta” aprobada en el parlamento regional para contar “a mediados de 2017” con un proyecto de constitución catalana y las “estructuras de un Estado de la UE” para someterlo al “escrutinio de los ciudadanos”.

Sin embargo, la primera opción siempre sería intentar alcanzar “escenarios pactados (…), como se dio en Reino Unido en el caso del referéndum escocés”, añade.

Para forzar un diálogo entre Madrid y Barcelona, “la Comisión Europea, pero también las capitales de los Estados miembros, pueden ejercer un papel constructivo y alentar, presionar a las autoridades y partidos españoles”, asegura Altafaj.

“Un problema de inestabilidad política en España es un problema de inestabilidad en la UE y en la zona euro”, estima este fino conocedor de las instituciones europeas, descartando que el proceso independentista en Cataluña sea sólo un asunto interno de España, como suele defender el ejecutivo europeo.

‘Presiones’ de España

Amadeu Altafaj, nacido en Barcelona en 1968, ha desarrollado casi toda su vida profesional en Bruselas, primero como periodista y después como funcionario europeo durante una década. Y se convirtió, junto a sus reconocibles lentes ovaladas, en la voz de la Comisión durante la crisis del euro.

“La Unión Europea es un marco privilegiado de diálogo político” y es, a “esta grandeza”, a la “que apelamos desde Cataluña (…) para que la UE tenga un papel catalizador, de promotor de un diálogo político que hoy lamentablemente no existe, por la cerrazón de las autoridades españolas”, asegura.

Pero confiesa que, “siendo realistas”, no pueden pedirle mucho a la UE en estos momentos. “La UE vive una crisis existencial (…) como no ha conocido desde el inicio del proyecto europeo a principios de los años 50”.

Para intentar alcanzar apoyos internacionales y en el seno de la UE, Cataluña, junto a sus delegaciones en el exterior, llevan a cabo una campaña de “información” sobre la situación a través de sus canales oficiales e implicando a sectores académicos, económicos, etc.

Nuestra prioridad ha sido siempre que la información llegue directamente de las instituciones catalanas a nuestros interlocutores“, que muestran “un interés creciente por conocer nuestra versión de los hechos”, asegura.

Aunque Altafaj asegura que mantiene muchos contactos informales con miembros de las instituciones europeas, reconoce que la relación política oficial debería ser más “fluida” y apunta a “presiones del gobierno español”.

“Que sea un asunto interno, según ellos, no les priva de interesarse por la situación de 7,5 millones de europeos y, añadiría, muy europeístas”.

¿Cataluña cuenta con aliados en las capitales europeas? “Cataluña cuenta con simpatías no sólo en Europa, sino más allá de Europa también”, asegura, pero reconoce que no tienen “ningún cheque en blanco” firmado por ninguna capital europea porque todavía no ha terminado el proceso independentista.

De todas formas se muestra optimista sobre la permanencia de Cataluña en la UE en caso de independencia, fundamentalmente por cuestiones “técnicas”.

Cataluña ya está en la UE, los ciudadanos catalanes tienen la ciudadanía europea (…) por lo tanto, no me cabe ninguna duda, que esta continuidad, no sólo técnicamente, sino políticamente, no plantearía problemas a la mayoría de Estados miembros de la UE”, asegura.

Ahora bien, admite que no todo será un camino de rosas. Esto “será más o menos fácil o difícil dependiendo de cómo, nuestro entorno político en España y en Europa, reaccione”.