Militares con escobas y bolsas de plástico recogían este jueves ruinas de templos budistas de la turística ciudad birmana de Bagan dañados por el terremoto que hizo trizas paredes enteras de las pagodas.

Este lugar sagrado para los birmanos se encuentra a 30 kilómetros del epicentro del seísmo de magnitud 6,8 que estremeció el miércoles este país del sudeste de Asia.

El balance es de tres muertos. En la región, tres escuelas y un hospital también sufrieron destrozos.

Bagan, que Birmania espera incluir en el patrimonio mundial de la Unesco, cuenta con más de 2.500 pagodas y monumentos budistas construidos entre los siglos X y XIV.

Este jueves los visitantes tenían prohibido el acceso a las 185 pagodas o monumentos budistas dañados en el seísmo, constató AFP.

Es uno de los lugares más turísticos de Birmania, muy apreciado tanto por los birmanos como por los extranjeros que visitan cada vez más este país tras décadas de dictadura militar.

El presidente birmano Htin Kyaw inspeccionó las pagodas y dijo que el “proceso de restauración será largo y más bien costoso”.

El portavoz gubernamental afirmó por su parte que la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, quien es de facto la jefa de gobierno, pidió a las autoridades que “no se precipiten” en la renovación.

En esta planicie del centro de Birmania, donde las cúpulas de las pagodas asoman entre los árboles, los militares avanzaban descalzos -como manda la tradición- para recoger y barrer los restos alrededor de los monumentos.

El miércoles, cuando se produjo el temblor, muchos turistas se encontraban en la zona. Una española resultó herida leve.

“Tuve mucho miedo. Alguien gritó que era un terremoto, no sabía si tenía que tirarme al suelo“, contó Phyu Phyu Lwin, una turista birmana. “Nos dijeron que saliéramos. Cogí el bolso y me eché a correr”.

Khin Maung Toe estaba rezando cuando la tierra empezó a temblar. “Mi mujer logró huir in extremis antes de que una parte de la pagoda se derrumbase”.

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‘Destrozos’

En su apogeo, Bagan era la capital de un reino poderoso y uno de los principales centros culturales de Asia.

“Primero tenemos que medir el alcance de los daños, antes de establecer un plan de renovación”, explicó a la AFP Arkar Kyaw, director adjunto del ministerio de la Cultura. El gobierno trabaja en coordinación con la Unesco que ya envió expertos al lugar.

“Parece que algunos monumentos resultaron muy dañados”, añadió. Se necesitará tiempo -dijo- para conocer el alcance de los destrozos.

“Pedimos que nadie toque a los escombros, que deben usarse para la reconstrucción”, prosiguió.

En 1975, un terremoto dañó los templos de Bagan y fueron restaurados durante la época de la junta militar.

Desde 2011 y la autodisolución de la junta, Birmania se encuentra en plena reconstrucción. Desde hace meses, el gobierno está dirigido por Aung San Suu Kyi, cuyo partido ganó por abrumadora mayoría las legislativas de 2015.