A través de una columna publicada en el sitio de la revista New York Magazine, la escritora norteamericana Heather Havrilesky explicó las razones de por qué -a su juicio- las personas no debieran buscar la perfección en su rol como padres, sino que todo lo contrario.

“Hazle un favor a tu hijo: sé un padre imperfecto”, es el título de la publicación en la que Heather reflexiona sobre la necesidad de enseñar a nuestros hijos que no existe la perfección.

“Esta búsqueda de ser perfecto y de criar niños perfectos crea una ansiedad en los pequeños, quienes creen que todo lo que no es perfecto es inaceptable”, señala la autora de la publicación.

“De hecho, apuntar a una perfección sólo lleva a malas decisiones. Como cuando intentas pasar junto a tu hijo 24 horas, siete días a la semana, incluso si eres alguien que realmente no es adecuado para un estilo de vida rigurosa e implacable”, agregó.

Gerry Thomasen (CC) Flickr
Gerry Thomasen (CC) Flickr

“Tratar de ser alguien que no eres podría desafiarte y enseñarte algunas importantes lecciones y abrir tu mundo para nuevas experiencias, pero también podría erosionar lentamente tu sanidad y sentido de bienestar, además de la capacidad para mantener la calma y aceptar bajo coacción”, aseveró.

A juicio de la columnista, la paternidad trata de cómo evitar ser empujado “más allá de tus límites”, indicando además que resulta “algo extraño intentar hacer ciegamente lo que los demás papás hacen en su caso”.

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Son muchos los padres los que intentan mantener la sapiencia en todo momento, lo que sin embargo de acuerdo a la escritora es un error.

“No debes mantener la sabiduría y honorabilidad en cada segundo de cada día sólo porque eres padre. Un momento de debilidad no quiere decir que estés fallando. Prestar atención a tus preferencias y límites no quiere decir que seas egoísta. Puedes intentar hacerlo mejor pero también aceptarte a ti mismo por lo que eres ahora mismo”, sostiene.

“Cada una de estas cosas no son incompatibles con las otras. Simplemente estás tratando de ser feliz para que así puedas modelar la felicidad, la que de hecho es tu primer y más importante trabajo como padre. Tus niños necesitan saber cómo es la felicidad”, aseveró.

Finalmente resumió su reflexión en una directa frase: “Tal vez podrás ser razonablemente feliz, pero nunca serás perfecto. Así que sácate la perfección de tu cabeza”.