Los comentarios hirientes, insultos y descalificaciones son pan de cada día en las redes sociales, especialmente entre los más jóvenes, quienes son los que más sufren las consecuencias de la violencia en el ciberespacio.

Aunque el consejo de muchos es no dar importancia a este tipo de cosas, la actriz Steffi Méndez decidió no pasar por alto una situación de este tipo y compartir una serie de mensajes ofensivos enviados por Hernán Calderón Jr. -hijo Raquel Argandoña- a una amiga suya.

En el texto, se ve que el hijo de la panelista de TV y el abogado Hernán Calderón, emitió insultos de grueso calibre a una joven, además de discriminarla por su clase social.

Entre otras cosas, Hernán resalta su buena situación económica y se vanagloria de haber chocado un automóvil Chevrolet Camaro 2015, y del hecho que hoy maneja el mismo modelo en su versión 2017.

Todo habría comenzado cuando la joven aludida encaró a Hernán por mofarse de la homosexualidad de Leo Méndez, hijo del famoso DJ Méndez y hermano de Steffi.

La polémica y las críticas hacia Calderón hicieron que incluso su hermana Kel saliera a repudiar la actitud del exaspirante a cantante. “Mi hermano siempre será mis ojos, y el amor que le tengo no lo va a cambiar nada, pero esta vez su actitud fue una vergüenza, y merece que se le reproche como tal”, señaló la panelista de Maldita Moda en redes sociales.

Pero, ¿qué lleva a una persona a jactarse de sus pertenencias en medio de una discusión? El psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra, Fernando Marchant, indicó a BioBioChile que en primer lugar, “el nivel de defensa que realice una persona, va a mostrar el propio nivel de desarrollo afectivo-emocional en el que se encuentre”.

“Al ocupar argumentos del orden material, muestra carencias y vacíos en el ámbito emocional. En segundo lugar, demuestra carencias o debilidades de asertividad y bajo nivel de habilidades sociales”, señala el profesional, agregando que “un nivel de desarrollo moral hacia la madurez, se centra en el respeto por las personas, con un diálogo hacia el entendimiento y soluciones”.

El profesional explica que “el uso de un lenguaje francamente hostil, divide, genera resentimiento, provoca una escalada simétrica, donde se termina muy afectado y a su vez daña la dignidad de las personas”.

“En estos casos se debe buscar ayuda para re-orientar nuestra agresividad. Todos somos potencialmente agresivos, pero con la ayuda profesional, se puede lograr la estabilidad de las emociones, pensamientos y conductas que, sin lugar a dudas, fortalecen nuestro nivel de relaciones interpersonales”, afirma.

¿Cómo la violencia psicológica en redes sociales puede afectar a las personas?

“Cuando se está en una plataforma virtual, el escenario es muy abierto, el emisor está cerca y a la vez lejos del receptor; lo anterior, puede llevar a bajar el nivel y la calidad de la interacción, recurriendo a palabras y símbolos que dañen la relación”, indica Marchant.

El psicólogo, señala que en las redes sociales se está expuesto a una “oscuridad” en la cual puede brotar lo peor. “Por tal motivo, es prudente tomar distancia y reserva, dado que en ciber-espacio todo puede suceder. La persona queda muy expuesta a personas que abusen y denigren nuestra identidad”, señala.

¿Qué podemos hacer si somos víctimas de insultos en redes sociales? Para el experto, lo más importante es tomar distancia del agresor, de los insultos y hostilidades, además de evitar responder o contestar, debido a que vendrán más represalias y te expondrás a una situación en la cual puedes salir perjudicado.

Por esto es fundamental autovalorarse. “Es muy útil entender que es la otra persona la que puede libremente tener determinada perspectiva o ‘ceguera’, pero dicha percepción debe ser lejana a la autoimagen y autoconcepto que se tenga de sí mismo”.

“Por todo lo anterior, es primordial mantener una buena autoestima y, por último, buscar apoyo en familiares y amigos y, compartir la situación, evitando silenciarse o aislarse, ya que los conflictos vividos en soledad, pueden afectarnos más”, recomienda el especialista.

Por otro lado, si el nivel de insultos sube y daña la imagen pública, el profesional aconseja recurrir a instancias judiciales, en defensa del honor y la reputación personal, como parte de la violencia psicológica a la que se está expuesta. “Si se trata de exposiciones ocasionales, es mejor cerrar el contacto, ya que cuando la persona responde, se expone a reforzar al agresor para que siga contestando, en la línea agresiva y subiendo el tono hostil”, finaliza.