Tras el éxito de Mayerling y La bella durmiente en el Teatro Municipal, el Ballet de Santiago continúa su temporada 2016 con una gira por Brasil con Zorba, el griego, espectáculo que se presentará en Rio de Janeiro, Sao Paulo, Bello Horizonte, Curitiba y Porto Alegre, entre el 14 y el 30 de julio.
La compañía, dirigida por Marcia Haydée, viajará invitada por Dell’ Arte, empresa brasilera dedicada a la cultura fundada por Myrian Dauelsberg en 1982, y responsable de más de 1.500 espectáculos (3,5 millones de espectadores).
Desde 2013 -cuando el Ballet de Santiago viajó a China- que protagonizaban una gira internacional. En esta ocasión, todo el cuerpo de baile estará presente en las funciones que, en total, suman 11. Al respecto, Marcia Haydée comenta que “promover la cultura, a través de las artes escénicas, es lo que todos queremos, tanto la Compañía como nuestro Teatro. Estar en Brasil con Zorba es un placer, ya que a nivel internacional es uno de los más vistos por el público. Además, será protagonizado por un gran elenco que incluye a nuestros bailarines estrella: Natalia Berríos, Andreza Randisek y Rodrigo Guzmán”.
Desde Brasil agregan: “para Dell’ Arte es un gran placer recibir al Ballet de Santiago, una de las compañías de danza clásica más importantes de América del Sur. El proyecto se torna aún más especial por el programa en cuestión (Zorba, el griego), ya que es un gran éxito de la Compañía, y por tener a una de las mejores bailarinas brasileras de todos los tiempos: Marcia Haydée, que continua demostrando su dominio del arte de la danza, trasmitiéndolo a las nuevas generaciones”.
Zorba, el griego, está basada en la novela del escritor griego Nikos Kazantzakis, que luego fue popularizada en el cine por Michael Cacoyannis en la película del mismo nombre, protagonizada por Anthony Quinn y ganadora de tres premios Óscar.
La obra fue transformada en un montaje de ballet en 1988 en Verona, Italia, con éxito mundial. El argumento convierte la sala en una verdadera fiesta, donde Zorba muestra al joven John el tesoro de la amistad y la libertad de vivir intensamente sin miedos. La música y la danza contagian al público que, entusiasta, se une con las palmas el ritmo del sirtaki durante el final. La obra acumula más de cinco mil funciones en diversos rincones del mundo desde 1988.
