A Mathias Encina (33 años, empresario, dueño de una productora de eventos) lo apasionan dos conceptos: Chile y música. El primero lo adquirió a fuerza de costumbre. Lo segundo fue más complejo: a pesar de sus habilidades tempraneras, optó por alejarse de los instrumentos a medida que fue armando su vida, ya sea por acomodo o por las circunstancias de la madurez.

Si bien a Chile lo siguió queriendo en secreto, con la música se reencontró recién hace tres años, cuando sentado al piano volvió a componer tal como lo hacía a los ocho.  En esa escena, la de un patriota musical, Encina tuvo una idea que entremezclaba sus dos anhelos: “La Ruta del Piano“, un proyecto que lo llevaría a recorrer el país a modo de homenaje y estímulo, pero no porque sí.

La iniciativa pretende situar a Encina y su piano en diversos paisajes locales, en una correlación que se explica en una obra: Stramyok, una pieza de 13 actos que fue inspirada en Chile y escrita por el propio Encina.

Con mi novia Alejandra nos gusta mucho viajar. Yo soy un enamorado de Chile, viajo por todos lados, trabajo en distintos lugares de Chile y por las pegas comenzamos a conversar esto entre nosotros. Mi sueño es tocar música y viajar, me dije. Una de las ideas se me ocurrió en base a eso“, cuenta el músico y productor a BioBioChile.

El proyecto pretende ejecutar Stramyok en vivo y en 13 locaciones distintas (en cada sitio una de sus partes), con registros audiovisuales que testifiquen el momento.

Me encantaría que hubiese una reacción positiva del medio, que la gente pueda acercarse al piano, que es un instrumento relativamente extinto. Esta es una obra que retrata la vida completa, desde el nacimiento a la niñez, pasando por la adolescencia, la adultez. Al final, termina con un réquiem“, dice.

Por ahora, Encina busca financiamiento, pero la Ruta del Piano ya arrancó: su paso ha sido registrado en Chiloé, Lago Todos los Santos, Coliumo y el Parque Eólico Lebu-Toro con la ayuda de su novia y un generador eléctrico. En Chiloé, en el lago y en Coluimo, Encina tocó arriba de un bote, mientras el sonido ambiente se colaba en sus notas musicales.

Voy con un generador eléctrico. Instalo la cámara y me pongo a tocar. Mi pareja Alejandra me acompaña y me ayuda“, reconoce.

Los fondos a reunir son para costear los desembarcos en Isla de Pascua, Laguna San Rafael, Cerro Paranal y el Valle de la Luna, las próximas estaciones de la Ruta del Piano.

El objetivo de Mathias Encina es claro: primero, completar su camino por el territorio nacional, para luego presentar la Ruta en la Expo Dubai 2020. “Creo que tiene que ver con mi trabajo“, cuenta Encina sobre el valor patrimonial de su gesta, esperanzado en el patrocinio privado mientras afina el ojo, el piano y la cámara para su próximo viaje.