Un fraternal aire cosmopolita recorrió una vez más el Festival Internacional de Teatro Zicosur Antofagasta (FITZA 2018) durante la noche inaugural del sábado de un evento que inició la celebración de sus 20 años de vida con la compañía intensa del frío y el viento, y más de medio centenar de artistas provenientes de Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, Suiza y Chile, en el Parque Croata, el escenario más tradicional de este encuentro escénico.

El programa doble contempló la presentación del denominado Coro Ciudadano Violeta Parra, un homenaje teatral-musical en el centenario del nacimiento de la gran folclorista, dirigido por Gopal y Visnú Ibarra, y un elenco integrado de 36 artistas vocacionales antofagastinos. Fue una entrega que salió del alma de niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres que hizo vibrar al repleto Parque Croata con sus desplazamientos coreográficos y algunas canciones destellantes de Violeta.

Luego fue el turno de la obra “Frágil”, escrita y dirigida por Ronald Cortez, destacado y joven director antofagastino, al frente de la compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta, una mirada sobre la inmigración que propone valorar la presencia de los miles de extranjeros en la región, sobre la base del “amor que hace del respeto un nido sin nacionalidad, una comunidad sin banderas ni fronteras, donde la única visa y pasaporte que se necesita es ser persona”.

De este modo, comenzó una semana de teatro en terreno con más de medio centenar de funciones que incluye visitas a las comunas de Calama, San Pedro de Atacama, Tocopilla, Tal Tal y Mejillones, siete días con los que culmina el trabajo de un pequeño grupo, iniciado en marzo de 2016, para seleccionar a las compañías y obras participantes y, lo más complejo, reunir los recursos necesarios, siempre escasos y elusivos.

“Para el festival de este año tuvimos las mismas complicaciones de siempre”, dice Ángel Lattus, director Artístico del Fitza y presidente de la Agrupación Artístico-Cultural Pedro de la Barra, el motor del encuentro, aunque se considera el más pesimista entre los integrantes del incombustible equipo organizador, en el que también está la productora general, la actriz Teresa Ramos.

Una opinión que planteó también en el programa oficial del evento: “Soy un adolescente que empieza a adquirir responsabilidades de adulto”, dice personificando a Fitza, “y necesito ayuda que me oriente para ser mejor, idóneo, responsable, que irradie paz, belleza, armonía y sabiduría para convertirme en un guía ejemplar”.

Y agrega Lattus-Fitza: “Quiero que mi camino hacia esos logros sea agradable… Anhelo llegar a mi edad madura con el apoyo de toda la comunidad donde vivo y que permitan mi desarrollo y ser grande”, para concluir: “Espero que me comprendan los que dirigen y solventan el destino económico de mi comunidad”.

Entre bambalinas

Ángel Lattus cuenta que, tradicionalmente, Fitza se financia a través de un proyecto concursable ante el Core regional y recursos de otros organismos públicos y empresas privadas, que se deben solicitar año a año. “Si no se financia alguna parte del presupuesto, se fracasa”, dice de manera enfática, para subrayar que “esta actividad emblemática para la región debiera tener una asignación permanente”.

El actor y director valora el apoyo de empresas como Minera Escondida, Aguas Antofagasta, el Core, el Gobierno y el Consejo de la Cultura regionales, la Municipalidad y la Universidad de Antofagasta, entre otras entidades, aunque lamenta la reducción de alrededor de 13 millones de pesos que para este año sufrió el financiamiento global.

“El festival 2018 lo hicimos con 120-130 millones, que es poco –comenta- y aunque valoro absolutamente el capital humano que se involucra, entre organizadores y participantes, la permanente lucha por conseguir recursos va desgastando”.

Sin embargo, este optimista-pesimista, al parecer, no piensa abandonar la trinchera, sobre todo cuando alude y evalúa el desarrollo artístico que ha experimentado el Fitza. “Hemos ido creciendo”, dice tras bambalinas, luego de concluir la obra “Frágil” en la que actúa.

“Actualmente hay más intercambio a nivel nacional e internacional, hemos constituido redes y están postulando cada vez más compañías que quieren venir a nuestro festival, de Santiago, Temuco, Valparaíso, Arica… algo que nos interesa mucho porque nosotros queremos sacar el teatro a todas las regiones de Chile”.