El presidente provincial de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales en Osorno, Bruno Jiménez, calificó como una equivocación de Bárbara Figueroa y de la Central Unitaria de Trabajadores el acuerdo con el Gobierno del aumento de $15.000 en el sueldo mínimo, el cual debiera llegar con ello a los $225.000 durante 2014.

A su juicio, la dirigente debió continuar con la demanda levantada por los trabajadores durante la administración de Sebastián Piñera de alcanzar el denominado sueldo ético, equivalente a $250.000. Sin embargo, reclamó Jiménez, se amarró el salario mínimo a un acuerdo que llega a 2016.

Por todo es que cuestionó la labor de la CUT en la negociación del sueldo mínimo, no descartando que la vinculación existente entre sus dirigentes y la Nueva Mayoría haya influido en el acuerdo del sueldo mínimo.

Para los empleados fiscales, el acuerdo entre los trabajadores y el Ejecutivo es un referente para la negociación que a fines de año sostendrán, pues marca el nivel de reajuste que solicitarán. De ahí a que, según Jiménez, se sientan decepcionados con los $15.000 de aumento anunciado.