La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, continúa como favorita para vencer en los comicios generales de octubre, incluso en primera vuelta, pero la popularidad tanto personal como de su gobierno cayeron, según un sondeo divulgado el martes.

De acuerdo con la encuesta realizada por MDA y difundida por la Confederación Nacional de Transporte, Rousseff se impone en todos los escenarios ante sus rivales.

Incluso vencería ante la popular ecologista y exministra de Medio Ambiente de Lula, Marina Silva, que confirmó su apoyo al candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, con quien se alió el año pasado.

Así, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) obtendría un 43,7% de apoyo si disputase las elecciones con el candidato de la socialdemocracia brasileña (PSDB) Aecio Neves, quien recibiría un 17% de respaldo, mientras que Campos del PSB quedaría en tercer puesto con un 9,9%.

En un segundo escenario, si en vez de Campos es Silva quien postula, esta obtendría un 20,6% de apoyo, quedando segunda ante Rousseff, que anotaría un 40,7%. En ese caso, Neves quedaría tercero con un 15,1%.

De acuerdo con la ley brasileña, gana en primera vuelta quien obtiene el 50% más uno de los votos válidos, que en todos los casos Rousseff supera. Si hubiese una segunda vuelta, la gobernante también se pone adelante cómodamente frente a sus contendores.

Pese al buen panorama electoral para Rousseff, la evaluación positiva a su gobierno cayó a un 36,4% desde un 39% que anotó en noviembre, mientras que la aprobación a su desempeño personal pasó a 55% desde 58,8%.

“Dilma sería elegida en primera vuelta. Pero hay una importante alerta al gobierno y a los candidatos, como las señales de insatisfacción y pesimismo en relación a la salud, la seguridad (…)”, dicen las conclusiones de la encuesta.

En tanto, un 75% de los ciudadanos consideró innecesarios los gastos hechos por el país para recibir a la Copa del Mundo.

En junio del año pasado, los gastos del Mundial, así como pedidos de mejoras en salud, educación y transporte, llevaron a más de un millón de brasileños a manifestarse en las calles durante la Copa Confederaciones.

Las protestas han continuado, menos intensas pero más radicales.

Para la encuesta se entrevistaron a 2.002 personas a nivel nacional, del 9 al 14 de febrero de 2014, con un margen de error de 2,2 puntos porcentuales.