Un equipo de expertos en desarme comenzó el domingo a destruir armas químicas de Siria y las instalaciones de producción, en aplicación de una resolución de la ONU.

Una fuente de la misión señaló que los miembros de la misión internacional conjunta de la ONU y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) “partieron hacia un lugar donde están comenzando la verificación y la destrucción” de las armas.

Los expertos deben verificar la destrucción de un arsenal estimado en mil toneladas, de las que unas 300 serían gas mostaza o sarín, repartidas en decenas de emplazamientos.

Su misión responde a la resolución 2118 del Consejo de Seguridad, posible gracias a un acuerdo ruso-americano que prevé el desarme químico del país para mediados de 2014.

Este acuerdo alejó la amenaza de una acción militar liderada por Estados Unidos después del ataque químico del 21 de agosto, que Occidente y la oposición atribuyen al régimen de Bashar al Asad.

El presidente sirio negó en una entrevista concedida al semanario alemán Spiegel toda responsabilidad en este ataque, y consideró que su Gobierno ha sido “muy transparente” con el equipo de la OPAQ desde su llegada el martes a Siria.

“Hoy es el primer día de la destrucción. Vehículos pesados aplastarán y destruirán cabezas de misiles y bombas químicas, así como mezcladores y unidades móviles y fijas de llenado”, indicó la fuente bajo cobertura de anonimato.

“La primera fase, la divulgación por los sirios (de las instalaciones) terminó, y ahora pasamos a la fase dos, la verificación, destrucción y desactivación”, dijo la fuente de la misión.

Un responsable de la OPAQ en La Haya había afirmado el 29 de septiembre que se utilizarían “métodos expeditivos” en un primer momento para asegurar que las instalaciones no pudieran ser utilizadas nunca más, paso previo al uso de métodos más limpios y durables para finalizar la destrucción de estos sitios.

La conferencia de Ginebra 2, en la que se buscará una solución política para el conflicto sirio, podría celebrarse en noviembre, dijo este domingo a medios franceses el enviado de la ONU para Siria, Lajdar Brahimi, instando a régimen y oposición a acudir “sin precondiciones”.

Al Asad reconoce “errores”

El presidente sirio reconoció en la citada entrevista, publicada este domingo, haber cometido “errores” desde el inicio del levantamiento popular contra su régimen, en marzo de 2011.

“Se han cometido errores personales. Todos cometemos errores. Incluso un presidente comete errores”, reconoció Al Asad, añadiendo que sus “decisiones fundamentales fueron justas”.

Preguntado sobre una responsabilidad total de la oposición en las masacres, Al Asad respondió que “la realidad no es o blanca o negra”.

“No podemos decir ‘Ellos son responsables al 100% y nosotros no lo somos en absoluto’”, añadió. “La realidad no es o blanca o negra, hay toda una gama de grises. Pero es correcto decir que nosotros nos defenderemos”.

La publicación asegura también, citando un informe de los servicios de inteligencia alemanes, que Irán autorizó al régimen sirio a utilizar sus bases aéreas para poner a salvo sus aviones de combate de un ataque extranjero y que Irán envió tropas de élite de su Guardia Revolucionaria para apoyar a las fuerzas del presidente sirio.

En el terreno, al menos ocho personas murieron y 24 resultaron heridas el domingo al caer un obús en el barrio cristiano de Qassaa, en el centro de Damasco, informó la agencia de noticias estatal Sana.

Otras tres personas resultaron heridas al caer un cuarto mortero cerca de una iglesia, de confesión ortodoxa, según esta fuente.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó por su parte de combates entre los rebeldes y el Ejército en la localidad de Sura, en la provincia de Hama, y dijo que las tropas del régimen llevaron a cabo ataques aéreos sobre la ciudad.

Desde el inicio del conflicto hace más de dos años, 115.000 personas murieron, según el OSDH, que basa sus informaciones en una amplia red de militantes y fuerzas médicas en el país. Dos millones personas huyeron de Siria, y varios millones son desplazados internos.