El candidato presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami, presentó su plan de desarrollo regional integral, que propone frenar la desindustrialización de la región del Bío Bío y reactivar el cordón industrial. En tanto, el candidato senatorial por Bío Bío Costa, Rafael Garay, aseguró que es posible evitar el cierre de CAP Acero si se interviene de forma “inteligente”.

La región del Bío Bío se ha debilitado en materia productiva: si hace unos años generaba el 15% del PIB nacional, hoy rodea el 8%, recibiendo sólo el 2% de la recaudación tributaria del país. Así de crudo fue el diagnóstico que analizó el candidato presidencial del PRO con sus candidatos a senadores y consejeros regionales, en su visita a la zona.

En este sentido, Marco Enríquez-Ominami, presentó un Plan de Desarrollo Integral para frenar el proceso de desindustrialización que sufre Bío Bío.

Su candidato por Bío Bío Costa, Rafael Garay, agregó detalles del Plan de Desarrollo Integral, y ahondó en las crisis de CMPC, CAP y ENAP.

Generar más empleos y con sueldos dignos, apuntar a rescatar el cordón industrial; crear defensas para la industria local; atraer inversionistas con exenciones tributarias o beneficios; subsidios para fomentar la contratación, entre otras medidas.

Garay destacó que son la única candidatura con un proyecto serio para la región del Bío Bío en productividad, a diferencia de los otros postulantes que sólo tienen declaratorias de voluntad.

Respecto al problema energético, no sólo de la zona sino que del país, Garay se mostró simpatizante con la instalación de hidroeléctricas por sobre los programas de energías renovables como solares y eólicas; pero rechazó las termoeléctricas.