El gobierno egipcio pidió el miércoles a los partidarios del presidente islamista Mohamed Mursi salir “rápidamente” de las dos plazas del centro de El Cairo que ocupan, amenazando con desalojarlos a la fuerza después del ramadán, que termina esta noche.

Esta amenaza fue difundida horas después del anuncio hecho por la presidencia egipcia del fracaso de los emisarios internacionales para mediar entre el gobierno y los partidarios del presidente Mohamed Mursi, derrocado el 3 de julio por un golpe militar.

Según la televisión estatal, el primer ministro egipcio, Hazem Beblawi, anunció el miércoles que el gobierno “no revisará su decisión” de dispersar a los partidarios del presidente islamista derrocado Mohamed Mursi, que ocupan dos plazas en El Cairo.

La comunidad internacional teme un baño de sangre si la policía trata de intervenir en las plazas, donde los manifestantes están replegados con mujeres y niños.

Tras pedir una vez más a los islamistas que se vayan rápidamente y por su propia voluntad, el primer ministro aseguró que la policía, que obtuvo la autorización hace una semana, no había intervenido hasta el momento “por respeto del mes sagrado del ramadán”, que termina oficialmente el miércoles en la noche.

El jueves no obstante comienzan las celebraciones del Aid el-Fitr que marcan el fin del ayuno musulmán y terminarán el domingo.

El gobierno autorizó hace una semana a la policía a poner fin al “terrorismo” y a la “amenaza a la seguridad nacional” que representan las acampadas.

El jefe del poderoso ejército y nuevo hombre fuerte del país, el general Abdel Fatah al Sisi, insistió: “La policía civil” –y “no los militares”– “pondrá fin a estas acampadas y limpiará las plazas”.

Después de 10 días de mediaciones diplomáticas europeas, estadounidenses, africanas y árabes en El Cairo, el gobierno instalado por el ejército ha puesto bruscamente fin a las esperanzas internacionales de encontrar una solución política negociada en el país.

Frente a la firmeza de posiciones mostrada por los dos sectores enfrentados, los emisarios internacionales, entre ellos la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, y el secretario de Estado adjunto de los Estados Unidos, William Burns, intentaban conseguir moderación de las autoridades y que los islamistas se dispersen.

Desde finales de junio, los enfrentamientos entre partidarios y detractores de Mursi han dejado más de 250 muertos, el último la noche del martes. Otras 62 personas resultaron heridas en todo el país, según el ministerio de Sanidad.

En la península del Sinaí, un ex parlamentario fue asesinado por hombres armados el miércoles por mostrar su apoyo a las fuerzas armadas.

De su lado, los militares afirmaron haber dado muerte a “60 terroristas” en un mes en esta región, sacudida por ataques casi diarios contra las fuerzas del orden.