El gobierno israelí comenzó la primera fase de un proyecto que prevé la creación de una colonia de 6.000 viviendas en un área de Cisjordania.

Así lo confirmó David Perel, a cargo del proyecto, afirmando que se sienten felices de poder conformar por fin una ciudad en el Gush Etzion.

El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina, advirtió que los colonos y el gobierno israelí deben saber que eventualmente tendrán que rendir cuentas, recordando a su vecino que la ONU les otorgó el grado Estado observador, el que le permite acudir ante las instancias judiciales internacionales.

Hagit Ofran, vocera de la ONG israelí “La Paz Ahora” que aboga por el retiro de las colonias en terrenos ajenos a Israel, explicó que este asentamiento puede alojar a unas 25.000 personas y que pese a no ser tan grande como una ciudad sigue siendo enorme.

Una de las consecuencias que más preocupan a los observadores internacionales es que con una ciudad en medio del territorio entre Israel y Palestina será mucho más difícil separar la tierra en caso de que se logre un acuerdo de paz.

Recientemente las autoridades de Israel, inmersas en una campaña electoral, anunciaron varios proyectos para la construcción de miles de viviendas en los barrios de colonización en Jerusalén Este, ocupada y anexada, a pesar de las condenas internacionales.

Por otra parte, Israel está comenzando a pasar por sobre los grandes países que han vetado sus proyectos, como la construcción de 1.500 viviendas en Ramat Shlomo -un barrio de colonización en Jerusalén Este-, proyecto que Estados Unidos ya había condenado en 2010 y que el Ministerio del Interior israelí aprobó la semana pasada.

El pleno del Consejo de Seguridad de la ONU, a excepción de Estados Unidos, solicitó terminantemente a Israel que renuncie a sus proyectos coloniales.

El anuncio ha motivado duras críticas por parte del sistema internacional, principalmente porque las acciones emprendidas por Israel durante los últimos meses tienen mucho de beligerantes y expansionistas.