El PAOK de Salónica griego y el Rapid de Viena austríaco fueron sancionados por la UEFA a varios partidos a puerta cerrada, además de una exclusión en suspenso de la competición europea tras los incidentes ocurridos en el partido de ida de la Europa League el jueves pasado.

El PAOK deberá jugar sus próximos tres partidos a domicilio a puerta cerrada y deberá pagar una multa de 150.000 euros, mientras que el Rapid tendrá que jugar un encuentro a domicilio a puerta cerrada y deberá abonar 75.000 euros.

Esta sanción no se aplicará al choque de vuelta de ambos equipos, que se disputará el jueves en Viena. El club heleno se impuso en la ida por 2-1.

Los dos clubes también sufrieron una descalificación europea en suspenso durante un periodo probatorio de tres años.

Ambas entidades recibieron el castigo de la UEFA por el comportamiento de sus hinchadas. La policía antidisturbios tuvo que usar gas lacrimógeno para poner fin a los incidentes entre aficionados antes del partido, que empezó con cinco minutos de retraso, cuando la humareda se disipó.

Ya dentro del estadio, los seguidores de los dos equipos continuaron su batalla durante 10 minutos, lo que obligó a la policía a intervenir para acabar con la reyerta y permitir la reanudación del juego.