Dirigentes ecológicos de la provincia de Bío-Bío valoraron la renuncia del Seremi del Medio Ambiente, argumentando que su campo de acción era reducido luego que la ministra del ramo le pidiera que se inhabilitara ante temas relacionados con CMPC.
Más allá de Los Ángeles, Nacimiento y Laja son comunas de la provincia que han denunciado episodios de contaminación generados, según sus relatos, por las plantas de celulosa que pertenecen a la compañía donde Pedro Navarrete se desempeñó por años.
Es por ello que para Alejandro Cárdenas, presidente de la Corporación de Desarrollo Turístico de Nacimiento, el anuncio viene a ratificar que el personero tiene conflictos de interés, los que aseguró, denunciaron desde su nombramiento.
En ese contexto, Iván Haro, representante del Consejo Ecológico local, sostuvo que el campo de acción de Navarrete era considerablemente reducido por haber trabajado en CMPC y teniendo en cuenta que las principales investigaciones por contaminación de la zona sindican a esa compañía como eventual responsable.
Ambos dirigentes se mostraron a favor del traslado de Navarrete a Santiago, ya que no ponen en tela de juicio sus capacidades profesionales.
Sin embargo, abogaron para que quien asuma como titular de Medio Ambiente del Bío-Bío cuente con las capacidades para desempeñarse en el cargo y no tenga conflictos de interés que en un futuro se traduzcan en una inhabilitación.
En tanto, Navarrete ahora se va a Santiago para cumplir funciones dentro de la misma cartera pero a nivel central a partir de los próximos días.
Así lo informó el intendente Víctor Lobos, quien descartó que la medida se deba a una mala evaluación del personero. De hecho calificó su traslado como una pérdida para la región, debido a su experiencia.
El máximo jefe regional agregó que aún no está claro su reemplazo, ya que están elaborando una terna para decidir con la ministra del ramo, María Ignacia Benitez, el futuro de la cartera regional.
Lobos recalcó que el motivo de la renuncia de Navarrete se debe a motivos personales ya que los cuestionamientos a la gestión del profesional no tienen asidero.
