Una revista católica cubana denunció este martes una “estrategia” para deshacerse del cardenal Jaime Ortega y acabar con el diálogo que mantiene desde hace dos años con el gobierno de Raúl Castro.

“Ciertas facciones han urdido una estrategia que tiene el propósito de eliminar al Cardenal y deshacerse de la línea política que éste ha promovido”, señaló la revista Espacio Laical, de la Arquidiócesis de La Habana, en un editorial publicado en su sitio web.

Añadió que “se ha concertado” desde “hace algunos meses” “un frente que se propone atacar al Arzobispo de La Habana y a los proyectos que desde la Iglesia intentan darle cuerpo a esta línea pastoral, que posee implicaciones políticas y sociales”.

Ortega ha sido blanco de duros ataques de anticastristas dentro y fuera de la isla, y de la Radio Martí, emisora del gobierno de Estados Unidos que transmite hacia Cuba, que lo acusan de “contubernio” con el gobierno comunista.

Espacio Laical, que no dijo quienes están detrás de la campaña contra Ortega, señaló que “no se trata solo de ataques personales contra el cardenal”, sino de “una guerra contra toda una línea evangélica que aspira a cambios positivos y serenos, graduales e incluyentes, ordenados y pacíficos, que logren articular un renovado modelo sociopolítico para Cuba”.

Ortega y Raúl Castro instalaron el 19 de mayo de 2010 un inédito diálogo, que permitió la liberación de 130 presos políticos y dio mayor espacio a la Iglesia en la sociedad, aunque no apertura política en la isla. Este proceso fue bendecido por el Papa Benedicto XVI cuando visitó la isla en marzo pasado.

Al salir al paso a los ataques a la Iglesia la semana pasada, el portavoz del Arzobispado, Orlando Márquez, destacó que la postura de Ortega “es la misma de Benedicto XVI: procurar la transformación de la sociedad hacia más inclusión, más oportunidades ciudadanas, menos restricciones y más libertades”.

Espacio Laical dijo que durante 30 años la Iglesia “ha venido cincelando una propuesta de diálogo entre todos los cubanos” y calificó a Ortega como una “personalidad clave” en ese “camino, siempre crispado y zigzagueante”.

Asimismo, la revista acusó a la oposición cubana de no tener “proyectos claros y universales para el destino de la nación” y de seguir “agendas dictadas desde fuera de la isla”.

Luego de décadas de roces o fría cohabitación, las relaciones entre la Iglesia y el régimen comunista empezaron a mejorar luego de la histórica visita del papa Juan Pablo II a la isla, en 1998.