La ofensiva española frente intención de la mandataria argentina Cristina Fernández de declarar como recurso de interés nacional estratégico los yacimientos petrolíferos y hacerse con el control de la empresa YPF, propiedad de la española Repsol, genera la sospecha de que en pleno Siglo XXI vivimos un nuevo colonialismo. El colonialismo de las empresas transnacionales.

El gobierno peninsular señaló que cualquier signo de hostilidad hacia una empresa española es un acto de hostilidad hacia España. Frente a la respuesta española, cabe cuestionarse si es que las empresas transnacionales ibéricas son la punta de lanza económica del Estado español. De ser así, ¿cómo no hablar de neocolonialismo?

¿Será entonces por eso que los ex jefes de gobierno españoles, Felipe González y José María Aznar, ahora se dedican a hacer lobby por esas empresas? ¿Será que el Estado español y esas empresas son una sola cosa o, incluso, que el Estado español está al servicio de esas empresas?

El comentario es de Nibaldo Mosciatti: