Violentos combates se registraban el martes en Siria, donde el el ejército trata de retomar el control de los bastiones rebeldes, a pesar de la promesa formulada a la ONU de retirar tropas de las ciudades antes del 10 de abril, indicó una organización no gubernamental siria.

En Injel, en la provincia de Deraa y una de las cunas de la rebelión en el sur del país, los combates entre el ejército y militares disidentes ocurrían desde la madrugada en las proximidades de un cuartel militar, afirmó el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

También en la provincia de Deraa, decenas de autobuses transportando soldados ingresaron a Dael, donde “los habitantes temen que se inicie una campaña de detenciones”, según la misma fuente.

En tanto, en Idleb, en el norte del país, “fuertes combates entre el ejércitos y tropas de desertores tenían lugar en las proximidades de la ciudad de Taftanaze. Cuatro civiles resultaron heridos y casas fueron incendiadas por los soldados”, de acuerdo con el OSDH.

A su vez, en la provincia de Damasco, combates similares tenían lugar desde la madrugada en la ciudad de Duma, cerca de la capital.

El emisario internacional Kofi Annan informó el lunes al Consejo de Seguridad de la ONU que el gobierno de Damasco había aceptado comenzar a aplicar su plan de salida de la crisis antes del 10 de abril.

El presidente Bashar al Asad prometió a Annan iniciar “inmediatamente” una retirada de tropas de forma que el proceso termine el 10 de abril, precisó la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice.

Los medios de comunicación sirios mantienen silencio sobre esa aceptación del plan de Annan.