Una obra del artista surrealista belga René Magritte, robada dos años atrás, fue devuelta luego de que los ladrones fracasaran en su intento de encontrar un comprador en el mercado negro, indicó este viernes el museo René Magritte de Bruselas.

La obra llamada Olympia, un desnudo de su mujer Georgette sobre un fondo de un paisaje costero, valorada entre tres y cuatro millones de euros, fue robada en 2009 por dos hombres que ingresaron armados con una pistola a la casa donde residía el artista en Jette (norte), transformada en museo.

Poco más de dos años después, un hombre llamó a un experto en arte y ofreció devolverla, indicó el restaurador del museo, André Garitte. “Finalmente se dieron cuenta que no podían vender la obra ya que era demasiado conocida” explicó.

“La pintura se había convertido en un problema para ellos y prefirieron desembarazarse de ella. Al menos, felizmente, no la destruyeron”.

El museo, que recuperó la obra, no decidió qué hará con la obra. La investigación sobre el robo continúa, precisó Garitte.

“Olympia”, un cuadro de 60 por 80 centímetros, fue pintado por Magritte en 1948. El toque surrealista del cuadro de Magritte, y a su vez de corte clásico, está dado por la presencia de una concha -que tal vez simboliza el mundo subterráneo o el inconsciente- sobre el vientre de la mujer.

Nacido en Hainaut (oeste de Bélgica) en 1898 y muerto en Bruselas en 1967, Magritte es uno de los artistas más influyentes del siglo XX.

Su “Esto no es una pipa” con el dibujo de una… pipa, o sus hombres en traje con sombrero flotando se han convertido en iconos en el mundo entero.

El artista prefería no obstante la vida simple de la ciudad de Jette en Bélgica, al lado de Georgette y de su perro, a la de París.

Eso, además de sus constantes enfrentamientos con el considerado padre del surrealismo André Breton, explica que regresara a su casa de la calle Esseghem, donde fue robado el cuadro.

Es en esta casa donde Magritte pintó casi la mitad de su obra.

Aunque cada vez más difíciles de vender, los ladrones de arte intentan revender los cuadros en el mercado negro o pedir dinero por ellos a las compañías de seguros o al Estado.

Uno de los robos más sonados fue el protagonizado el 22 de agosto de 2004 por dos hombres armados y encapuchados que irrumpieron a la luz del día en el museo Munch de Oslo y se llevaron el “Grito” y “La Madonna”, del pintor noruego Edvard Munch.

Las dos obras fueron halladas el 31 de octubre de 2006 en circunstancias que siguen siendo misteriosas y sus autores fueron condenados.