http://instintofemenino.wordpress.com

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La mayoría de las ocasiones el sexo travieso y ruidoso es valorado por las parejas. Pero cuando este placentero acto molesta a tus vecinos, tras largas sesiones de gemidos, algo malo está por suceder. Lee esta historia publicada en el New York Daily News y te sorprenderás.

Las odiseas sexuales de la inglesa Caroline Cartwright, de 48 años, y su marido Steve fueron descritas por sus vecinos como “asesinatos” y “sonidos no naturales”. Las molestas ‘víctimas’ llegaron a instancias legales, específicamente a la Organización de Comportamientos Antisociales (ASBO en inglés) para pedirle a la ruidosa que bajara el volumen de sus gemidos.

Lo peculiar de este caso, es que la acusada recibió 3 notificaciones con anterioridad en abril de este año, pero no cesó los “sonidos excesivos, gritos, y vocalizaciones que se podían escuchar afuera de su casa e incluso donde sus vecinos”, según informó la ASBO.

Carwright fue notificada el 18, 22 y 26 de abril de este año luego de recibir reiterados alegatos de los vecinos, quienes incluso alertaron a la policía pensando que se trataba de un “asesinato”. Rachel O’Connor, la picada vecina de la mujer, explicó al diario The Register que “el sonido era como si los dos estuvieran en constante dolor. No puedo describir el sonido, nunca había escuchado algo así”.

El caso finalmente acabó en la corte del reino de la Corona de Newcastle, instancia en la que la ASBO ayudó a Cartwright con estos argumentos: “a ella le es imposible controlar sus gritos cuando tiene sexo, y cualquier intento de restringir su comportamiento es un atropello a sus derechos humanos”.

El magistrado Jeremy Freedman estuvo en desacuerdo y dijo que la performance sexual de Cartwright “fue verdaderamente de una naturaleza perturbadora y molesta tanto por la duración -las relaciones se extendían por más de una hora- como por la frecuencia -casi todos los días-”.

Cartwright finalmente arrojó la toalla y se declaró culpable de las denuncias de sus vecinos. La mujer hot será sentenciada el próximo 18 de enero, día en que los vecinos podrán descansar de los gemidos escandalosos que comparte junto a su esposo. Pura envidia.