Los pescadores de Chiloé están incrédulos respecto a que la mortalidad de especies marinas en la zona tenga relación con la marea roja.

Para ellos, la causa radica el el vertimiento de 4.500 toneladas de salmones podridos al mar a mediados de marzo.

En conversación con Podría ser peor, Iván Vega, químico ambiental e investigador, indicó que hay que determinar por qué se murieron los salmones lo que generó una mortandad de 40 mil toneladas, donde un bloom de microalgas peligrosas incidió en este fallecimiento.

Explicó que hay otra teoría que indica que tras la muerte de estos salmones donde parte de estas especies marinas registrándose su deceso no fueron retiradas, después de cuatro días de un pescado muerto la estructura de colágeno se va destruyendo, haciendo que la carne se transforme en una especie de jalea y quedando sumergida bajo el mar.

“La situación de pudrición de este pescado hizo que este sedimento junto al aceite del mismo se fuera la superficie”, dijo y señaló que este desecho de pescado al encontrarse en el mar, se produce una pudrición del azufre contenido en éste, provocando la muerte en todos los seres vivos alrededor.

El experto señaló que se debe diferenciar entre marea roja y una sustancia peligrosa, y recalcó que las autoridades no tomaron en cuenta que al botar un pescado muerto al fondo del mar iba a flotar.

“Si hago una ecuación como hipótesis, que sean 15 mil toneladas de pescado entre las que quedaron bajo las balsas y las que se vertieron al mar, tenemos un cálculo de 3 mil toneladas de aceite en el mar que va a flotar (…) podríamos calcular y deducir que tendríamos una mancha superficial que no necesariamente es visible de aproximadamente 9 kilómetros cuadrados de extensión. Eso pudo nutrir a la microalga que se venía produciendo con la marea roja”, precisó.

Y agregó que no hay incidencia entre la mortandad de salmones y la aparición de marea roja, pero sí influyó en que se magnificara la producción de alga a raíz del desecho sostenido en el mar porque son nutrientes, colaborando en su reproducción.

“Si no hubiésemos tenido el cuadro de salmones, creo que habríamos tenido algo de marea roja pero no en esta cantidad”, manifestó.

Asimismo, señalo que hubo participación natural y humana, donde, según sostuvo, no sólo tuvieron un rol activo las empresas privadas, ya que contaron con la autorización del personal del Ministerio de Salud que se basó en los requerimientos de la Armada.

Escucha la entrevista completa realizada por Julio César Rodríguez en Podría ser peor: