Si uno se remonta a los orígenes del fútbol, hay un sinnúmero de relatos que relacionan la vida a este deporte. El juego en aquel entonces era de pueblo contra pueblo y consistía en llegar a la plaza del rival a robar una bandera y allí todo valía. Otros lo jugaban con unos palos y el gol se lograba cuando se metía el útil en un aro. Ya los más modernos inflaban una vejiga de cerdo, y lo utilizaban como pelota, etc.

Fue en Inglaterra donde se le comenzó a dar una forma más contemporánea. Allí surge la división entre los que pensaban que este deporte se debía jugar solamente con los pies y no también con las manos. Dos ideas que luego se hicieron realidad, dando paso a la creación del Rugby y el Futbol.

Todos los elementos que nos entrega la Historia, nos hace pensar que el futbol estuvo y está muy relacionado con la manera de vivir de los pueblos, como una expresión social, se juega como se vive.

Hoy los tiempos nos obligan a ser prácticos, resolver rápidamente, a necesitar todo de manera inmediata y la paciencia es parte de algo que ha ido quedando muy lejos. Hoy caminamos, andamos, nos desplazamos en auto rápido, casi sin saber por qué. Queremos que Internet sea rápida, si la TV tarda en pasar de un canal a otro no nos gusta, si compramos algo y el envío se demora, reclamamos y así seguir.

“La velocidad ha llegado a nuestras vidas y con aquello al futbol”

A partir de esta premisa, aparecen quienes pretenden que se juegue siempre al 100%, casi como un jefe sin tiempo o una empresa enferma por la demanda. Otros pretenden que se dosifique, dado que es imposible estar siempre a full, tomarse una pausa para pensar es parte importante para el desarrollo del deporte. Incluso, hay algunos que aun creen que no es necesaria tanta prisa, aunque esos ya son los menos.

Otros creemos que la velocidad tiene diferentes contrastes y hay que saberlos administrar. En qué momento expresar y entregar todo en pos de un objetivo, y en cuál instante tratar de medir fuerzas para poder prevalecer por sobre el rival.

Asi, surge mi manera de ver el futbol que demanda cada vez más velocidad, pero a la vez hay que tener resistencia a la velocidad. Observando de manera muy detallada me di cuenta que los equipos que pueden permanecer al más alto ritmo, son aquellos que utilizan su mayor velocidad en la recuperación del balón y luego de haberlo logrado, administran aquel recurso con la tenencia del balón como parte de la recuperación física.

Esta manera de jugar permite hacerse del balón pronto y ojala en campo rival, significando esto desplazamientos en un espacio muy reducido, para luego estar más cerca del arco al cual se debe atacar,

Ejemplos hay muchos, quizás el Barcelona sea la mayor muestra de esto, un equipo que recupera rápido y luego de hacerlo, administra aquella condición con tenencia de balón.

En un mundo de vértigo como el de hoy día, el saber en qué momento aplicar velocidad y en cual tomar una pausa, nos hace poder permanecer en el esfuerzo, dando muestras de resistencia, quizás sin tenerla tanto, como otros creen.