Brasil “recibió con sorpresa” la anulación por parte de Estados Unidos de la compra de 20 aviones de ataque Súper Tucano y considera que la decisión no “contribuye a la profundización de las relaciones de defensa entre ambos países”, señaló el jueves la Cancillería.

El gobierno brasileño “recibió con sorpresa la noticia de la suspensión del proceso de licitación” de los aviones, “en especial por la forma y por el momento en que se dio”, indicó en un breve comunicado.

La fuerza aérea estadounidense canceló abruptamente el martes un contrato por 355 millones de dólares para la compra de 20 aviones Súper Tucano de Embraer, adjudicado al fabricante brasileño y a su socia en el proyecto, la estadounidense Sierra Nevada Corporation.

La decisión fue tomada después de que la empresa Hawker Beechcraft Corp presentara un reclamo legal porque su avión Beechcraft AT-6 fue excluido del proceso de licitación.

El gobierno de Dilma Rousseff expresó su molestia con la cancelación del contrato en momentos en que el subsecretario de Estado estadounidense, William Burns, visita Brasil.

Burns aseguró que pese a la cancelación, su país “sigue interesado” en comprar los Súper Tucano de Embraer.

También descartó que la compra de los Súper Tucano esté vinculada a los planes de Brasil de adquirir 36 aviones caza, un contrato estimado entre 4.000 y 7.000 millones de dólares, y por el que compiten el avión estadounidense F/A-18 Super Hornet de Boeing, el Rafale de la francesa Dassault, y el Gripen NG de la sueca Saab.

Por otra parte, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tiene previsto realizar su primer viaje oficial a Estados Unidos el 9 de abril para reunirse con el presidente Barack Obama.