En su comentario de actualidad, Tomás Mosciatti, habló sobre la problemática de la educación, asegurando que es un problema de larga data.

En el año 1981, se creó una ley que prohíbe el lucro en las universidades privadas, sin embargo, la Concertación nunca fiscalizó que esto se cumpliera.

Luego, en 1991, una ley estipuló que todos los profesores debían evaluarse, cosa que nunca se aplicó.

La pregunta que deja para reflexionar es ¿Quién asegura que la educación, de volver a ser estatal, va a ser de calidad?

Por otra parte, la clase política ha sido impermeable a estos temas desde la “revolución pingüina” en el 2006, tras la cual se creó un proyecto de ley para solucionar la problemática, el cual se aprobó hace sólo unos días.

Si se exige más calidad en la educación y nada de lucro, muchas casas de estudios superiores tendrán que cerrar y habrá menos cobertura al área, para lo que debemos estar preparados.