Los motines que sacudieron a Londres y a otras grandes ciudades inglesas durante cuatro días no tienen nada que ver con la política ni con las protestas, sino que estaban destinados a robar, afirmó el primer ministro británico David Cameron el jueves.

Los disturbios “no eran por política ni en protesta, eran para robar”, declaró Cameron ante el Parlamento después de que los legisladores tuvieron que interrumpir sus vacaciones de verano para realizar un debate sobre los peores saqueos y actos de violencia en varias décadas.