La designación del empresario Pedro Pablo Díaz como embajador en Australia, divide opiniones en la Concertación.

El ex ejecutivo de la Coca Cola y amigo personal del presidente Sebastián Piñera quería ser su representante en El Vaticano. Sin embargo, la designación de Fernando Zegers frustró su deseo y, entre un abánico que se le ofreció en subsidio, escogió Australia.

El senador demócrata cristiano Jorge Pizarro, reconoció la facultad del mandatario, pero consideró que este nombramiento en particular es incoherente con las críticas históricas de la derecha a los gobiernos de la concertación por la designaciones de políticos en las embajadas.

En cambio, el diputado PPD Jorge Tarud, estimó que la vasta trayectoria empresarial de Pedro Pablo Díaz es positiva para la embajada en Sidney, pues Australia es el quinto mayor inversionista en Chile.

El miembro de la comisión de relaciones exteriores de la Cámara Baja agregó que los vínculos económicos son priritarios en las relaciones con ese país.

Pedro Pablo Díaz protagonizó en 1992, junto al hoy jefe de estado, el denominado Piñeragate. El escándalo se desató cuando el empresario Ricardo Claro reveló públicamente la grabación de un diálogo telefónico entre los dos amigos, en la que se coludían para criticar a la hoy senadora Evelyn Mathei, cuando ésta era vista como una potencial carta presidencial de Renovación Nacional.

Posteriormente, la parlamentaria reconoció que había participado en la operación para grabar la polémica conversación, para lo cual contó con apoyo de uniformados.