Si las raíces de tu planta han crecido demasiado o incluso se están escapando por la base de la maceta, es hora de cambiarla de hogar.

Trasplantar una planta no significa necesariamente sacarla de su maceta actual, sino más bien, cambiar su suelo o mezcla, porque el suelo fresco significa nuevos nutrientes“, señala Erin Marino, directora de la tienda especializada en plantas The Sill, al diario electrónico Huffington Post.

De este modo, para sacar una planta de su maceta actual, debes girarla hacia los lados, sostenerla suavemente por los tallos u hojas y golpear el fondo del recipiente hasta que logre deslizarse hacia afuera.

“Afloja las raíces de la planta con las manos”, aconseja Marino. “Si tu planta está unida a las raíces (en círculos muy apretados alrededor de la base), desate las raíces lo mejor que pueda”, añade la experta.

Asimismo, utilizando unas tijeras afiladas, corta las raíces muertas, blandas, decoloradas o excesivamente largas, recomienda Joyce Mast, desde la tienda ecologista, Plant Mom.

Entre cada corte, aconseja limpiar las herramientas con alcohol isopropílico, para evitar la propagación de bacterias entre las raíces de tu planta.

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Riega tus plantas un día o dos antes, para que las raíces estén bien hidratadas. Así se evitará el choque entre ellas”, complementa Mast. Sin embargo, no debes trasplantarla si está marchita por falta de agua. “Primero hidrate, luego cámbiala”, añade.

Debes considerar que trasplantarla, “es un momento estresante para una planta, así que trata de no hacerlo con demasiada frecuencia“, advierte Pham.

La maceta ideal

El tamaño de la maceta es uno de los factores principales a la hora de hacer el cambio. En este caso, si pones una planta pequeña en recipiente muy grande, el agua no alcanzará las raíces, lo que incluso puede pudrirla.

En este ámbito, debes asegurarte de que la nueva maceta tenga un agujero en el fondo. Esto permitirá que el exceso de agua drene en un platillo.

“Una planta en una maceta sin drenaje es mucho más susceptible a la pudrición de la raíz, el daño e incluso la muerte por exceso de riego“, enfatiza Mast.

Con respecto al material, el experto señala que las plantas se beneficiarán con cualquier material que sea poroso y elimine la humedad. Específicamente, recomienda las macetas de plástico o cerámica, ya que son ideales para los helechos y las calateas.

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¿Y la tierra?

Si tu planta está sana, no necesitas eliminar toda la tierra vieja, asegura Richard Pham, desde la tienda especializada en cuidado de plantas Little Shop of Soil. Simplemente, debes aflojar la tierra del fondo de la maceta, para que las raíces puedan crecer libremente.

“Siempre me gusta mezclar parte de la tierra vieja con la nueva cuando se trasplanta”, añade. “Mi razonamiento es que el suelo viejo tiene microbios a los que la planta se ha acostumbrado y ayuda a que la planta se familiarice con su nuevo hogar y suelo”, comenta finalmente.