Era mediados de la primera década de los años 2000 cuando Fotolog reinaba como una de las redes sociales más populares en Chile: sólo en el territorio nacional la plataforma registraba cerca de 3 millones de cuentas.

Este espacio dio lugar al nacimiento de decenas de personajes que pasaron a formar parte de la cultura de Internet. Uno de ellos fue Mente Enferma, un usuario que a simple vista lucía como un joven interesado en la cultura gótica y la música industrial, pero que con el paso del tiempo se convirtió en algo mucho más controversial.

Mente Enferma
Mente Enferma

Sebastián Álvarez bordeaba los 20 años cuando sus primeras fotos llamaban la atención en Internet. Sus ojos maquillados, cabello con estética “emo” (muy popular en esos años) y vestuario inspirado en Marilyn Manson, le valieron cientos de seguidores. Sin embargo, él quería ser algo mucho más allá que una figura estética de redes sociales, quería fama.

Fue así como el joven nacido en Quilpué -y que vivió varios años en la región de Valparaíso- lanzó su carrera musical dentro del circuito underground de la época, dando incluso shows en vivo y lanzando varias canciones. “Distinto a los demás”, era una de ellas.

Hasta esa fecha, con 22 años, “Mente Enferma” no figuraba como una gran amenaza para los internautas, a pesar de sus mensajes artísticos colmados de líricas depresivas, que hacían referencia a sus diagnósticos psicológicos, tal como la personalidad limítrofe.

Pero a inicios de esta última década, Álvarez se integró a Twitter, que se convirtió en una de las plataformas que protagonizarían sus dichos más provocadores.

Pues Sebastián traspasaba los límites de un hater o troll de Internet cuando expresaba su odio hacia las personas morenas, extranjeras (de países latinos o africanos), con barba y/o tatuajes, “amanerada”, del Partido Comunista y… hacia las mujeres con sobrepeso.

Su rechazo a estas últimas escaló a altos niveles cuando creó un blog llamado Chilenas Gorrrdas en el que subía fotos de mujeres con sobrepeso u obesidad, que fotografiaba en la vía pública y a las que calificaba según su cuerpo y que definía con frases despectivas.

Esto le valió una denuncia del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), exponiéndose su odio de forma pública y mediática, el que mantuvo a pesar del repudio de la propia ministra de ese entonces, Carolina Schmidt.

“Si tanto defienden y aman a esas mujeres, entonces enséñenles a alimentarse como seres humanos. Así nadie las molestaría en un blog”, afirmó en esa oportunidad. “El Sernam defiende a gordas vagas y no a una persona que sirve… tengo tanta pena”, tuitió y aseguró que había recibido amenazas por “dar su opinión”.

Captura Twitter
Captura Twitter

En efecto, el joven recibió una golpiza de un transeúnte dentro de un vagón del metro de Valparaíso, el cual denunció rápidamente en redes sociales con un video culpando a la ministra de su situación. “Me agredió delante toda la gente (…) me empezó a golpear, la gente aplaudió, se mofaban, nadie se paro a ayudarme. Cuando me vieron con las manos con sangre recién alguien paró la situación”, relató en una entrevista con el programa Mentiras Verdaderas de La Red, en 2011.

Antes de esta situación, había compartido otro video difundiendo su “gordofobia”, el que defendió en el mismo programa. “La gente gorda es asquerosa, no sirve”, sostuvo en el registro en el que aparece caminando de noche. “¿Saben por qué camino mucho? Para quemar calorías porque uno debe ser delgado”, señaló en el video en el que además se refiere a los jugadores de la Selección Chilena como “negros asquerosos flaites“. “Yo en el corazón así lo siento”, aseveró en el programa respecto a sus dichos.

A pesar de ello, en redes sociales se defendió y aseguró que no es racista, misógino, xenófobo, ni un asesino. “Sólo tengo una opinión… si no les gusta, bloqueen y punto final”, enfatizó.

Una “mente enferma”

En gran parte de los polémicos videos de Sebastián de esa época, caracterizados por dichos discriminatorios, el joven estaba ebrio. Es más, hasta el año pasado, en sus publicaciones en redes sociales solía comentar que estaba en este estado, compartiendo imágenes de diferentes productos alcohólicos.

Mente Enferma
Mente Enferma

Este consumo además se fusionó con sus presuntos desórdenes alimenticios. “Para no engordar uno debe evitar comer, las calorías que consumo en el alcohol no las consumo en comida”, expresó en un video que muestra con orgullo su “chapita” pro-anorexia. A lo anterior se suma su adicción a la cocaína, que según él mismo dejó en 2017. “Aunque la gente diga que estoy loco no me interesa”, indicó en un registro en estos estados.

Si bien nunca reveló el motivo que derivó en sus diagnósticos psicológicos, Sebastián sí comentó que su niñez y adolescencia no fueron fáciles. “Mi vida ha estado cargada de experiencias fuertes, crecí con la ausencia de mi padre, lo que significó vivir con el peso de la duda y las burlas de mis compañeros y un montón de lagrimas”, recogió el portal The Clinic. “No tuve grandes amigos en la infancia, desde niño, siempre preferí las caminatas largas, los paseos en bicicleta y en patines”, comentó.

Debido a su atracción por el género masculino, Sebastián confesó que fue víctima de bullying cuando ingresó a un liceo de hombres en primero medio. “(Fue) la etapa mas traumática de mi vida escolar. Ingresé a un colegio de hombres y tuve que soportar 9 meses de insultos, golpes, humillaciones y tristeza extrema. Ese año tuve mi primer intento de suicidio”, contó.

A los 20 años fue diagnosticado con personalidad limítrofe. “Esto significa que (he tenido que convivir) inevitablemente con inestabilidad emocional, conductas al borde de la locura y actos irracionales… He tratado de vivir con esto pero cuando menos lo imagino, mi mente se vuelve mi peor enemigo”, reveló.

Mente Enferma
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¿Dónde está Sebastián Álvarez?

Los excesos, su diagnóstico de personalidad y depresión, constantes pesadillas, crisis de pánico y presunto alcoholismo, junto a la exposición de los medios, lo llevaron a mudarse al sur de Chile, a un sector alejado de las zonas urbanas: Curiñanco (Valdivia, región de Los Ríos).

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Con más de 30 años, Sebastián no renunció a su estética oscura y sus largos paseos en solitario, los que alertaban a algunos vecinos de la zona, quienes -según cuenta- solían llamar a Carabineros porque “era extraño”.

A pesar de lo anterior, en ese lugar logró construir una vida en pareja junto a Michael Rowe, un estadounidense que se convirtió en su novio. “Él me entiende y vivimos tranquilos”, contó en un Twitter, red social en la que reiteraba lo “feliz” que estaba con su pareja. Incluso, contó que éste le ayudó a dejar su adicción a las drogas.

Pero esta tranquilidad que reflejaba en sus redes sociales rápidamente se quebró el 28 de septiembre del año pasado, cuando la Policía de Investigaciones (PDI) lo reportó como desaparecido.

Tras el incidente, la PDI buscó al joven con helicópteros y barcos en las costas sureñas, además de una intensa búsqueda efectuada por los vecinos en el bosque aledaño, pero no encontraron pistas.

Según él mismo, antes de su desaparición, él habría “fingido” su muerte algún tiempo atrás. “Lo hice porque necesitaba saber que aún me recordaban antes de renunciar, para siempre, a mi otra vida”, escribió.

Tras la desaparición, vieron la luz una serie de publicaciones atribuidas a su (ex) pareja, Michael, publicadas en la red social Minds (la cual también usaba el joven), en la que estima que su desaparición se habría tratado de un suicidio.

“Sebastián se fue en una misión suicida hace casi dos meses. Eso es lo que dijo que quería hacer y lo dejé ir”, dijo en noviembre del año pasado y aseguró que no se llevó sus cosas. “¿Qué haces si tu novio quiere suicidarse? Si es joven, obviamente tratas de detenerlo y conseguirle ayuda. Si él tiene 31 se llama a sí mismo ‘Mente Enferma’ y ha visto a psiquiatra y socio-psiquiatra toda su vida… Le dije ‘hazlo”, confesó en el blog y destacó que la medicación no lo ayudaba a lidiar con sus enfermedades.

Captura
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Finalmente, el estadounidense sólo hizo una petición: “Si él está vivo, no necesito hablar con él. Sólo necesito saber si está vivo o muerto, así puedo tener un cierre”.

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Sebastián Rowe.

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