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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El cónclave para elegir al próximo Papa comenzará el 7 de mayo, generando expectativas entre expertos y analistas. La película "Cónclave" ha aportado al debate sobre la veracidad de su trama en comparación con la realidad del proceso de elección papal. Luis Bahamondes destaca similitudes en temas como las disputas de poder y la aceptación del nombre del pontífice. Por otro lado, Thomas Reese señala inexactitudes en la película, como la presencia de un cardenal "in pectore" con derecho a voto, lo cual sería incorrecto.

Durante este lunes se confirmó que el próximo 7 de mayo comenzará el cónclave para elegir al próximo Papa, quién será el sucesor de Francisco.

Desde ya, expertos y analistas han anticipado sus análisis respecto a lo que vendrá en la reunión, entre los diversos cardenales en el mundo.

Asimismo, la elección ha estado contextualizada por el éxito de la película Cónclave, protagonizada por Ralph Fiennes y Stanley Tucci, la cual muestra, desde la ficción, todo lo que ocurre durante el proceso, entre negociaciones, traiciones, mentiras y luchas entre conservadores y reformistas.

Pero ¿Qué es verdad y que es sólo ficción en relación a la película? Luis Bahamondes González, director del Centro de Estudios Judaicos y académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, indica que existen similitudes importantes.

“La fórmula de reunión de los cardenales, el encierro, las disputas de poder, la pugna entre conservadores y ‘liberales’, el romper el sello una vez fallecido el papa y la aceptación del Papa del nombre que marcará su pontificado son parte de las similitudes”, expuso.

Otros aspectos a considerar son los símbolos: “Quizás el elemento más reconocible del proceso de elección papal sea la emblemática fumárola que emana de la Capilla Sixtina, sin embargo, el cónclave está cargado de simbolismo desde el momento mismo del fallecimiento del Papa hasta la proclamación de su sucesor”.

De acuerdo a Los Angeles Times, Thomas Reese, analista senior del Religion News Service y experto en el Vaticano, sostiene que fueron varias las inexactitudes que presentó la trama.

La primera de ellas es la presencia de un cardenal que había sido nombrado ‘in pectore’ (sin testigos) en la reunión (Cardenal Benítez). De acuerdo a Reese, si aquello ocurriera el aludido no debería tener derecho a voto.

“El mayor error de la película fue la admisión de un cardenal in pectore en el cónclave. Si el papa no anuncia públicamente su nombre en presencia del Colegio Cardenalicio, no tiene derecho a asistir al cónclave”, indicó.

Asimismo, para el aludido, sería inaceptable que, en una ceremonia de este tipo, alguien rompiera un secreto de confesión, tal como sucede en la cinta con el camarlengo, cardenal Thomas Lawrence.

“Cometió un pecado mortal y sería automáticamente excomulgado. Tal acción sería flagrantemente incorrecta”, comenta.

Por otro lado William Cavanaugh, profesor de estudios católicos en la Universidad DePaul de Chicago, sostuvo al citado medio que la película exagera el aspecto relacionado a las discusiones entre sacerdotes, indicando que “ninguno es tan abierto a la hora de mostrar sus convicciones”.

“Los cardenales no siempre conocen a quién están eligiendo como papa. Si los cardenales hubieran sabido cómo sería Jorge Mario Bergoglio como papa, muchos no habrían votado por él. Pío IX fue electo como liberal y se convirtió en ultraconservador. Se supone que Juan XXIII sería un alegre protector y desencadenó el Concilio Vaticano II”, concluyó.