Los vehículos SUV ya no son una moda pasajera: hoy representan la mitad de las ventas de autos nuevos en todo el mundo, y en países como Reino Unido han pasado del 12% de las matriculaciones en 2010 al 63% en 2024. Sin embargo, su expansión preocupa cada vez más a expertos en salud pública.
Un editorial publicado en The British Medical Journal (The BMJ) afirma que es necesario tomar medidas a nivel local, nacional e internacional y reducir sus posibles daños a la salud, al medio ambiente y la salud pública; desde impuestos y regulación de diseño hasta tarifas de estacionamiento diferenciadas.
El boom de los vehículos SUV en Chile y el mundo
Los vehículos utilitarios deportivos (SUV) son automóviles de pasajeros que tienen un chasis con mayor altura libre al suelo y generalmente son más altos, anchos y pesados que otros modelos, describe el doctor Anthony Laverty.
Así, los SUV, que antes eran vehículos de nicho para la conducción todoterreno, ahora representan la mitad de las ventas de coches nuevos a nivel mundial. En Chile, de acuerdo a la Asociación Nacional Automotriz (ANAC), las ventas acumuladas de este tipo de vehículos a octubre del 2025, registran un crecimiento de 6,8% con 130.335 unidades vendidas este año, 8 mil más que en el 2024.
Los modelos SUV más vendidos en nuestro país, son el Chery Tiggo 2, seguido del Chevrolet Groove y del Omoda C5.
La proliferación de SUV es un aspecto de la tendencia más amplia de la “expansión del automóvil”, por la cual los coches son cada vez más grandes con el tiempo, y esto conlleva posibles daños para la salud, advierten los autores del estudio.
¿Por qué el aumento de los vehículos SUV podría ser un peligro?
Además, la investigación reveló un aumento relativo del 44 % en la probabilidad de muerte de un peatón o ciclista adulto atropellado por un SUV o un vehículo de tamaño similar, en comparación con un automóvil estándar.
En el caso de los niños, el aumento relativo en la probabilidad de muerte fue del 82%.
Los capós más altos y cuadrados de los SUV provocan lesiones más graves y hacen que las colisiones sean más letales, en igualdad de condiciones, escriben, mientras que la menor visibilidad para los conductores de SUV grandes aumenta aún más el riesgo para los niños.
El conductor promedio de un Land Rover Defender no puede ver a un niño de 4 años parado directamente frente a él, señalan.
No obstante, los fabricantes de vehículos siguen aumentando las dimensiones de los coches nuevos; la altura media del capó pasó de 77 cm en 2010 a 84 cm en 2024 en las ventas de coches nuevos en Europa. Durante esos mismos años, los coches nuevos en Europa también aumentaron su anchura en 0,5 cm al año.
“Estos vehículos reducen el espacio disponible para que los ciclistas (y otros vehículos de dos ruedas) se muevan con seguridad a su lado y dificultan el aumento de los desplazamientos activos y los importantes beneficios para la salud pública que conllevan”, recalcan los autores.
Más problemas para salud de los SUV
La proliferación de automóviles también supone un obstáculo para alcanzar los objetivos climáticos y de calidad del aire, ya que las versiones SUV de los coches de gasolina de tamaño normal emiten más carbono y los vehículos más grandes utilizan más materias primas en su producción, escriben.
Los SUV también incrementan la contaminación atmosférica, ya que la cantidad de partículas finas que desprenden los neumáticos y el desgaste de la carretera aumenta con el peso del vehículo. Estas partículas penetran en el tejido pulmonar profundo y el sistema circulatorio, y pueden contribuir significativamente a enfermedades crónicas y muerte prematura.
Según argumentan, es necesario tomar medidas para revertir esta tendencia. Entre las medidas propuestas se incluyen el aumento de las tarifas de estacionamiento para vehículos grandes en las ciudades, reformas al impuesto de circulación para incentivar la compra de coches pequeños y la obligatoriedad de incluir las dimensiones de los vehículos en los certificados de matriculación para concienciar a la población sobre el creciente tamaño de los vehículos.
Los programas independientes de calificación de seguridad de vehículos también podrían introducir una “prueba de visibilidad infantil”, que fomentaría una menor altura del capó en los futuros diseños de vehículos, al tiempo que también es necesario convencer a los reguladores de que adopten reformas que reduzcan la creciente altura de los capós y el ancho de los vehículos.