Pensar en el estilo de vida de la monarquía, sobre todo la británica, es más fácil desde que apareció la serie The Crown.

Cotilleos de palacios, dilemas reales y gastos ostentosos, entre otras situaciones, han formado parte de la trama, en cada capítulo.

No es raro, entonces, que medios a nivel mundial saquen a flote las millonarias cifras en concepto de salario que reciben monarcas como Isabel II, de quien se ha hablado en el pasado sobre aspectos como su dieta alimenticia o las relaciones interpersonales con otros miembros de la realeza.

Al respecto, E! Entertainment Television, realizó un reporte sobre el salario anual que recibe la soberana británica, el cual situó en 44.8 millones de dólares.

La astronómica cifra proviene del denominado Sovereign Grant (Subvención Soberana) que destina año tras año el parlamento para gastos monárquicos. En pocas palabras: pagado con el dinero de los británicos.

Sin embargo, el financiamiento es una combinación entre eso último y dinero privado (de los ducados de Cornualles y Lancaster). Entran en juego, además, otros activos como las herencias y bienes raíces que posee esta familia.

Desde la instauración de la monarquía en Reino Unido (Siglo X), la subvención ha sido una millonaria tajada para sus ocupantes.

Los incrementos de la subvención han ido de más del 16% a un 77%, entre 2013 y 2018. Todo con la aprobación del parlamento británico que, entre otros gastos, ha accedido a financiar la restauración del palacio habitado por la reina: Buckingham, a un costo de 369 millones de libras esterlinas (casi 500 millones de dólares).

Sumando el conjunto de entradas económicas antes mencionadas, la reina obtuvo, hasta 2018, un pago anual de 104.7 millones de dólares en salario, según medios como la BBC, que calculó un incremento de 8% (7.6 millones) con respecto al ejercicio fiscal anterior.

Entre 2019 y 2020, los datos oficiales hechos públicos sostienen que no hay un aumento, en concordancia con los atribulados tiempos mundiales.

Además de salarios: ¿para qué se utiliza la mayor parte de la subvención? Está destinada a obras de remodelación “retrasadas” y mantenimiento de los distintos palacios de la realeza británica.

El costo de otras monarquías europeas

Felipe y Letizia de España, son otros monarcas considerados en la lista de los que reciben jugosos salarios y subvenciones anuales.

Según el citado reporte, los reyes españoles perciben, en concepto de “Respaldo de la jefatura de Estado” y “Sostenimiento de su familia y su casa”, 7 millones de dólares.

Otra de las monarquías considerada de las más acaudaladas de Europa, es la de Suecia.

Carl XVI y Silvia, obtienen solo en concepto de salario, la suma de 7.6 millones de dólares. Un poco más que sus similares de España.

En cuanto a Máxima de Holanda y el rey Guillermo, el 2020 les jugó “una mala pasada financiera”, debido a que el gobierno local aseguró en octubre que pondría en revisión los gastos de esta familia real.

Para inicios de este año, se confirmaba que su presupuesto sería de 57.8 millones de dólares, quedando fuera el costo de las visitas de Estado o el mantenimiento del Palacio Huis Ten Bosch.

La estructura reviste de lujo y polémica, ya que trascendió que el costo de la renovación fue de 63 millones de dólares, financiados en su totalidad por el gobierno. Mejor dicho: con dinero público.

Otro que no tiene nada que envidiar, en cuanto a subvención estatal, es el rey Philippe de Bélgica.

Lo que recibe el monarca junto a su familia, de forma anual, lo dice todo: 15.8 millones de dólares.

En tanto, el príncipe William y Kate Middleton (Duquesa de Cambridge), reciben anualmente, y ajeno a la reina Isabel II, la suma de 6.6 millones de dólares.

“Una monarquía absoluta, libre de impuestos”

Tiene tan solo 44 hectáreas de terreno (0,44 km²), 800 habitantes, 133 policías y relaciones con otros 180 países. Es también el país más pequeño, pero el más rico del mundo, proporcionalmente hablando: El Vaticano.

En lo que respecta a su inquilino principal, el papa Francisco, nada tiene que ver con la realeza, pero vive como tal, al punto en que algunos medios europeos han tildado al estado que representa, como “Una monarquía absoluta, libre de impuestos”.

La subvención viene de contribuciones del mundo católico, venta de sellos postales, además de otros artículos religiosos, turismo en museos u otros lugares de su geografía, etc. La Santa Sede tiene hasta su propio banco.

En 2019 reportó ingresos de 307 millones de euros y gastos de 318 millones (más de 297 mil millones de pesos chilenos). Lo anterior deja claro un déficit de 11 millones, generando un llamado papal a la transparencia en los gastos por parte de toda la Curia romana (conjunto de órganos de gobierno de la Santa Sede y de la Iglesia católica).

El papa Francisco no tiene salario, según rige en El Vaticano pero, como máximo líder de la iglesia católica, su estilo de vida salta a la vista.