Hace cinco años apareció el primer documental de los “maskers” en un medio masivo: Secretos de las muñecas vivientes. Se trató de un registro grabado por la cadena británica Channel 4 que mostraba la cotidianidad de estas particulares personas. Sin embargo, la filosofía de vida de estos hombres causó rechazo en los grupos más tradicionales y no superó los tres episodios. Pero, ¿quiénes son los maskers?

Según describe el propio documental, los “maskers” o “enmascarados”, son hombres heterosexuales, que viven o vivían en familias tradicionales, y que llevan una segunda vida como verdaderas muñecas vivientes. Estas personas, en su mayoría pertenecientes a la tercera edad, se transforman con máscaras, vestuario y prótesis de goma, invirtiendo mucho tiempo y dinero en su segunda personalidad (o más), la que lleva un nombre y vida paralela.

Secretos de las muñecas vivientes
Secretos de las muñecas vivientes

Si bien en Estados Unidos ya existían productos a fines del siglo pasado para los adherentes de esta subcultura, también llamada “Rubber dolls“, algunos archivos remontan la tendencia a los años 30. Actualmente, sólo en un vistazo simple a la búsqueda de Facebook, se aprecia que existe una red de miles de maskers.

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“Deben vestir totalmente enfundadas en látex y tener los rasgos femeninos muy exagerados. Barra de labios brillante, pestañas superlativas y uñas extralargas. Por lo general, suelen ser sumisas, listas para el disfrute de otros”, opina el fotógrafo Peter Czernich, creador de la revista sobre fetichismo Marquis, según recoge el portal Togayther. No obstante, la tendencia de los maskers trasciende mucho más allá del plano sexual.

No es travestismo

Una de las personas que logró conocer este mundo desde cerca fue la fotógrafa alemana Corinna Kern, quien realizó una sesión a estas personas. Según explicó al sitio Refinery29, ser maskers no es un tipo de travestismo ni cosplay, puesto que no suelen mostrarse en público (a pesar que logró que sí lo hicieran para sus fotos).

“Para muchos maskers, sus alter egos forman una parte más profunda de sí mismos o dan vida a algo que su yo ‘regular’ no sostiene. Puede ser una proyección de sus deseos, o algo que les falta pero que anhelan, incluso si sólo aspiran a vivir esos lados temporalmente”, detalló y agregó que también existen algunas -pocas- mujeres y transexuales que lo practican. No obstante, el nicho mayoritario es de hombres heterosexuales. Respecto a sus ocupaciones y edades, aseguró que no hay límites.

Corinna Kern (c)
Corinna Kern (c)
Corinna Kern (c)
Corinna Kern (c)

“El enmascaramiento femenino también les brinda la oportunidad de contrarrestar los roles que la sociedad les impone; por ejemplo, no tener que ser el hombre fuerte y duro”, expresó la fotógrafa y aseguró que no es necesariamente un fetiche sexual: “Va mucho más allá”.

La psicóloga Julia Silva García describe a los “maskers” en el sitio especializado Terapia y más como una “manera de darse permiso para actuar de una forma en la que no se atrevería sin la máscara, para ser quienes no se atreven a ser, para sentirse seguros desde el anonimato”, lo que usualmente se relaciona con el lado femenino que es “oprimido” por los cánones sociales.

Ser otra persona

Uno de los hombres que mostró abiertamente su doble vida como masker fue Robert, un adinerado californiano de 70 años que se divorció hace una década y que contó su secreto en un reportaje del canal Naked Sotries, el cual practica hace seis años bajo el seudónimo “Cherry”.

En el registro, el hombre explica que suele llevar una réplica de látex del cuerpo femenino sobre su piel, la que viste con atuendos como vestidos, tacones y joyas. Además usa una máscara de muñeca. “Ya no me siento como un hombre de 70, sino que como una bella mujer”, expresó en el registro.

Naked Stories | Youtube
Naked Stories | Youtube
Naked Stories | Youtube
Naked Stories | Youtube

Por su parte, el masker Hank Neto, reconocido como uno de los exponentes más famosos de esta práctica, dijo en un reportaje de la plataforma audiovisual del medio Vice que comenzó a realizarlo porque “no le gustaba su cara”. “Quería ser otra persona, una mujer. Alguien hermoso y perfecto”, detalló el hombre que se viste de “Kim”.

“Vivo como un hombre, soy un hombre pero puedo jugar con estas máscaras y ser una mujer”, dijo y expresó que vestirse como muñeca para realizar actividades cotidianas -como asear su hogar- le resulta más interesante.

Vice | Captura de Youtube
Vice | Captura de Youtube

Si bien es una subcultura compleja de entender para algunos, la psicóloga Julia Silva recomienda no llegar a “conclusiones apresuradas” sobre el estilo de vida de los maskers y esta tendencia sería patológica sólo en el caso de perjudicar el autoestima.

“Si encontráremos que detrás de la máscara se escondieran cuestiones como miedo, ansiedad, falta de herramientas, desadaptación… podríamos intervenir con el fin de mejorar el bienestar de las personas afectadas. Pero, si el hombre y su entorno lo vivieran de forma positiva y no les causara malestar ni desadaptación, no sería necesario plantear cambios”, dijo.

Finalmente, cada año parecen sumarse más Rubber dolls. Así lo demuestra la asistencia al Rubberdoll Rendezvous, un excéntrico evento celebrado en Minneapolis (Estados Unidos) que se mantiene en pie desde 2008 y que reúne a los maskers para mostrarles que en el mundo “hay miles como ellos”.