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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Durante otoño e invierno, es común que los niños chilenos regresen a casa con resfriados leves, pero son los adultos quienes desarrollan versiones más graves de la enfermedad. Las infecciones respiratorias agudas representan el 25% de las consultas médicas en esta temporada, siendo causadas principalmente por virus que circulan entre los menores de cinco años. Estos mismos virus pueden causar complicaciones graves en adultos mayores o con enfermedades crónicas, ya que la respuesta inmune del cuerpo varía según la edad. Los menores presentan cuadros más leves debido a una menor respuesta inflamatoria, mientras que los adultos pueden tener defensas debilitadas o envejecidas. La falta de vacunación en adultos y la variabilidad genética de los virus respiratorios los hacen más vulnerables.

Durante los meses de otoño e invierno es común en los hogares chilenos que un niño regrese a casa con un resfriado leve, sin embargo, quienes siempre se enferman con más intensidad son los adultos, desarrollando una versión más grave de la condición.

Esta situación genera una duda frecuente, en torno a por qué los virus infantiles afectan más a los adultos, generando incluso cuadros graves en este segmento de la población.

¿Por qué los adultos se enferman con más fuerza que los niños?

En esta temporada, las infecciones respiratorias agudas suelen representar el 25% de las consultas médicas, según datos del Ministerio de Salud, citados por la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello

Estas infecciones son causadas en su mayor medida por virus como el rinovirus, la influenza, el adenovirus y el virus respiratorio sincicial (VRS), los cuales circulan con frecuencia entre los niños menores de cinco años.

Muchas veces, estos mismos virus no presentan mayores complicaciones para niños y niñas, sin embargo, en adultos mayores o personas con enfermedades crónicas pueden causar neumonías, crisis respiratorias o la muerte. “El mismo agente viral puede tener un comportamiento muy distinto según la edad o las condiciones del sistema inmunológico”, explica el director de la mencionada facultad, Michel Garat.

En ese sentido, el experto sostiene que “no se trata de virus más fuertes, sino de cómo responde el organismo del adulto frente a estos agentes. El huésped y su sistema inmune son claves para determinar la gravedad del cuadro clínico”.

El factor de la edad en la respuesta inmune

Según explican desde la casa de estudios, los menores presentan cuadros más leves porque su cuerpo produce una respuesta inflamatoria menor. Por el contrario, los adultos suelen tener defensas debilitadas o envejecidas, por lo que el sistema inmune puede reaccionar de forma exagerada, provocando más daño que protección.

“Este fenómeno, conocido como inmunosenescencia, es común en personas mayores de 65 años, y el sistema inmune envejecido pierde capacidad de regular su respuesta, y eso agrava las infecciones respiratorias”, enfatiza Garat.

Otro dato relevante a considerar es la falta de vacunas en muchas personas adultas, o de dosis que permitan enfrentar nuevas variantes.

“Muchos adultos no están protegidos contra ciertas cepas virales porque nunca se vacunaron o no han estado expuestos recientemente. Esto disminuye su capacidad de respuesta eficaz ante una nueva infección”, asevera el académico.

Sobre esa línea, el académico recalca que los virus respiratorios presentan una alta variabilidad genética. “Los virus cambian y evolucionan, y si la población adulta no mantiene su inmunidad actualizada, se vuelve más vulnerable”, señala.

Para enfrentar este tipo de situaciones, es clave utilizar mascarillas, ventilar espacios, lavarse las manos frecuentemente y estar vacunado. Todas estas recomendaciones “son herramientas esenciales para cortar la cadena de transmisión”, concluye Garat.