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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, Paula Molina, destaca la importancia de diferenciar entre analgésicos y antiinflamatorios, ya que ambos alivian el dolor de manera distinta. Los analgésicos como el paracetamol actúan en el sistema nervioso central, mientras que los antiinflamatorios como el ibuprofeno reducen la inflamación. Es esencial evitar la automedicación, ya que un uso incorrecto puede causar complicaciones como problemas gástricos o daño renal.

Los medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación forman parte de la vida diaria de muchas personas debido a que, en general, son de venta libre. Sin embargo, eso no quita que haya que guardar cuidado con el abuso de antiinflamatorios y analgésicos.

Si bien se trata de fármacos que cumplen funciones similares, tienen propiedades y usos diferentes. Por lo que saber cuándo usar uno u otro es clave para tratar adecuadamente las molestias, así como para evitar complicaciones que puedan surgir por el mal uso o la automedicación.

Sobre estos medicamentos, la químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, Paula Molina, señala que “si bien los dos tipos pueden aliviar el malestar, tienen funciones distintas, no intercambiables. Elegir mal puede implicar que el dolor persista o que surjan efectos secundarios innecesarios”.

Diferencias entre antiinflamatorios y analgésicos

Aunque ambos pueden aliviar algunos tipos de dolores, los mecanismos de acción y posibles efectos secundarios de los antiinflamatorios y analgésicos varían entre sí.

A partir de ello es que es importante saber identificar cuál es la función de uno u otro. La diferencia principal entre analgésicos y antiinflamatorios radica en la causa del dolor o malestar.

Según explica Molina, los analgésicos actúan sobre el sistema nervioso central para bloquear la sensación de dolor. Uno de los más reconocidos es el paracetamol, que es ampliamente utilizado para aliviar dolores de cabeza, fiebre y dolores menores, siempre que no haya un proceso inflamatorio evidente. Además, es generalmente seguro si se usa en las dosis adecuadas.

En contraparte, los antiinflamatorios no esteroidales (AINEs), están diseñados para reducir la inflamación en el cuerpo, un proceso biológico que puede estar relacionado con muchas afecciones, desde lesiones físicas hasta enfermedades autoinmunes, apuntan desde Farmacias Ahumada.

Algunos ejemplos de estos últimos son el ibuprofeno o el naproxeno que, además de aliviar el dolor, reducen la inflamación. Al respecto, Pula Molina señala sobre los antiinflamatorios que “son más efectivos cuando hay inflamación, como en un esguince, dolor de muelas o cuadros articulares”.

Poner ojo en la automedicación

La experta subraya que es fundamental evitar la automedicación, ya que un uso incorrecto de estos puede llevar a complicaciones.

Por ejemplo, el abuso de antiinflamatorios puede aumentar el riesgo de problemas gástricos o afectar la función renal, mientras que el uso indiscriminado de analgésicos sin considerar posibles interacciones con otras medicaciones o condiciones médicas preexistentes puede ser perjudicial, pudiendo afectar el hígado si se consume en exceso y por tiempos prolongados.

“Por esto, siempre es importante al momento de adquirir estos medicamentos, aprovechar los conocimientos profesionales y consultar con el químico farmacéutico respecto a cuál es la mejor opción, dependiendo del dolor o malestar que se esté enfrentando, y cómo utilizarlos para evitar eventuales complicaciones”, destaca Molina.

Así también, la experta recomienda leer el prospecto y respetar las dosis indicadas en este o por el profesional en la farmacia, evitando el uso prolongado sin supervisión.