Para muchos es necesario poseer un gran flexibilidad para practicar yoga, sin embargo, esta disciplina que nació en India se ajusta a todas las edades, pues para practicarlo se necesita ir al ritmo personal.

El yoga proviene de la palabra en sánscrito que significa “unir o atar”. Por lo mismo, la intención es intentar unir la mente con el cuerpo, sostienen sus promotores.

Así, es común que la práctica de esta disciplina, permite explorar las incomodidades físicas y ciertas creencias limitantes. Con este afán, Paula Tedeschi, instructora de yoga certificada por Yoga Alliance, enseña a las personas de todas las edades, los beneficios de practicarlo.

“Es útil para no estar encerrado en nuestros propios miedos”, reflexiona la coach argentina de Estudio Boticaria Yoga, que lleva 8 años en este mundo, primero como alumna y luego como instructora.

En pocas palabras, el yoga implica una combinación de lo que es postura física(asanas), técnicas de respiración (pranayama), meditación y otras técnicas.

Qué es el yoga

Tiene su origen en la India, pero evolucionó desde que empezó a surgir. En la actualidad, el yoga incorporó varias prácticas occidentales. Así mismo, la práctica que tenemos hoy es producto de las épocas, tradiciones y bifurcaciones que tomó el yoga como disciplina.

Según National Geographic, las prácticas yóguicas pueden prevenir las enfermedades no transmisibles “como la hipertensión, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), el asma bronquial, la diabetes, los trastornos del sueño y la depresión, entre otros”.

La enciclopedia médica MedlinePlus sostiene que el yoga puede mejorar el estado físico en general, así como contribuir a una buena postura y flexibilidad. Y, además, enumera los beneficios que tendría esta disciplina: puesto que puede “reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, ayudar a relajarse y reducir el estrés, mejorar la coordinación, mayor concentración, dormir mejor, digestión más rápida, calmar la ansiedad y aliviar el dolor de espalda”.

Quienes deberían tomar precaución, para realizar alguna postura, son las personas que sufran las siguientes enfermedades:

1. Presión arterial alta
2. Glaucoma
3. Ciática
4. Artritis

En resumen, las clases de yoga se dividen en tres bloques, según MedlinePlus:

1- Respiración: La concentración en la respiración es una parte importante del yoga. Por ende, la profesora puede ofrecer instrucciones sobre ejercicios de respiración durante la clase.

2- Posturas: Las posturas, o posiciones, de yoga son una serie de movimientos que ayudan a aumentar la fortaleza, la flexibilidad y el equilibrio. Estas pueden variar en dificultad, desde acostarse boca arriba a complicadas posturas de equilibrio.

3- Meditación: Las clases de yoga terminan con un período breve de relajación.

¿Hay una edad para practicar yoga?

No obstante, según Tedeschi, la práctica del yoga siempre se adapta al alumno, “nunca al revés como sucede en otras disciplinas físicas”, puntualiza.

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En esta misma línea, “lo maravilloso que tiene esta disciplina es que tenemos la posibilidad de hacerlo en todas las etapas de nuestra vida. Pueden hacerlo los niños, adolescentes y adultos mayores”, menciona a BBCL.

¿Cómo saber qué tipo de yoga es ideal para cada persona?

“Hoy en día hay prácticas que se enfocan en las posturas, respiración y otras que son devocionales. Lo ideal es probar diferentes estilos y ver cuál resuena más con uno. Hay que abrirse al abismo y experimentar lo que nos sucede física y emocionalmente”, enfatiza la profesora.

Además, la docente explica a nuestro sitio que la displina “lo que promueve es un camino, que no es lineal, al igual que la vida que tiene curvas y momentos difíciles”.

Por este motivo, un consejo para aplicar en las primeras clases “es entender la impermanencia de las cosas, hay un concepto budista de Anicca que explica que lo único permanente es el cambio constante a nivel físico, emocional y mental”,agrega Tedeschi.

“Es necesario la comprensión profunda de la impermanencia en nosotros y que sucede en cada práctica”, complementa.

Así, la especialista, explica algunos puntos esenciales para tener en cuenta. “Hay días que uno quiere darlo todo y hay otros días que tu cabeza está en cualquier otro lado. También hay momentos en los que uno siente que algo se destraba y te dan ganas de llorar”.

Los beneficios de las prácticas yóguicas

El yoga tiene múltiples beneficios. “Sobre todo trabaja la flexibilidad, el fortalecimiento muscular y el propio peso”, enumera la coach.

También uno trabaja “la conciencia corporal, corregir la postura, empezar a reducir tensiones, mejorar la coordinación y el equilibrio”, asevera.

Igualmente, tiene beneficios mentales y emocionales “porque nos lleva a estar presentes, que puede resultar difícil, en tiempos en donde estamos haciendo varias cosas al mismo tiempo”, expresa Tedeschi.

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Finalmente, el yoga entrega herramientas para enfrentarse al mundo, mejorar la postura corporal y procesar las emociones. Por lo mismo, permite realizar un ejercicio de observación intuitiva con cada clase.

Del mismo modo, “hay una libertad que entrega el movimiento, a veces uno intenta solucionar los problemas de modo racional, pero lo único que necesitas es sacudirte, moverte un rato y entender que es importante tener un cuerpo abierto al cambio, para que la mente sea un poco más abierta”, señala la instructora.