Si alguna vez tuviste pensamientos o acciones que te perjudican directamente, es momento de entender que te autosaboteas.

Alcanzar el éxito y la felicidad se puede transformar en un camino difícil si vives en un estado constante de autosaboteo, pero mucho peor cuando ni siquiera te das cuenta de que lo haces.

En palabras sencillas, el autosaboteo son las trabas que ponemos en nuestra vida para alcanzar nuestros objetivos, que pueden ser afectivos, familiares, laborales, etc.

Nos comportamos de formas que van en contra de lo que realmente queremos y eso nos conduce a generar un daño que pudo ser innecesario.

Según explica el Centro de Vida Saludable de la Universidad de Concepción, se trata de “tener miedo o temor al cambio, hacia algo mejor, a lo desconocido, para bien, a salir de nuestra zona de confort y a la toma de decisiones”.

Añade: “Esto con el paso del tiempo, se termina transformando en un círculo vicioso, donde la persona no sabe cómo actuar, ya que se tropieza una y otra vez con la misma piedra, lo cual provoca que la sensación de fracaso aumente.”

Hombre con pensamientos negativos
Andrea Piacquadio. | Pexels

Es algo que afecta a todo nivel en la vida de las personas, por ejemplo, existen quienes que buscan desesperadamente cambiar de trabajo; sin embargo, no nunca hacen una búsqueda laboral.

También, quienes quieren bajar de peso, pero comen todo lo que está alrededor o saber que hay que estudiar para la prueba del día siguiente; sin embargo, procastinar todo el día es una mejor opción.

En otras palabras, te transformas en tu peor enemigo y salir de esa narrativa se puede transformar en tarea titánica para algunos.

¿Por qué ocurre?

La psicóloga Judy Ho comentó a The Washington Post: “Estamos programados para evitar amenazas y estar motivados por recompensas. El autosabotaje proviene de un desequilibrio entre nuestros impulsos de amenaza y recompensa”.

Se trata de un intento de protegernos ante varios factores, como por ejemplo el miedo al cambio o lo desconocido, una baja autoestima y las creencias internalizadas, aunque también ante una necesidad imperiosa de control.

“Para protegernos de posibles tensiones emocionales y psicológicas, nos detenemos o dejamos de avanzar en la forma que realmente queremos”, agregó la psicóloga.

El autosabotaje puede llegar a ser peligroso para las personas, porque puede generar una mayor ansiedad, riesgo de depresión o afrontar situaciones de formas poco saludables, como caer en el consumo de alcohol y drogas.

Las claves para dejar el autosaboteo

Dejar de autosabotearse es posible siguiendo unos sencillos pasos que te ayudarán a comprender el porqué de tus acciones y cómo no repetirlas.

1. Identifica y entiende el patrón: Según explica Psychology Today, el primer paso es entender por qué nos autosaboteamos y qué hay detrás de ello, estableciendo y patrón de las veces que más ocurre.

Mujer pensando frente al espejo
Andrea Piacquadio. | Pexels

En ese sentido, es clave entender que esto no afecta todos los ámbitos de la vida, sino que solo algunos donde hay que entender por qué hacemos lo contrario de lo que nos hace bien.

Un ejercicio que sirve para aquello es preguntarse ¿en qué estaba pensando justo antes de pensar o realizar esa acción negativa? La respuesta ayudará a crear este patrón y trabajar en modificarlos.

2. Asumir el costo del autosaboteo: Cada decisión que tomamos tiene una consecuencia y cuando eres tu peor enemigo, puede ser peor.

Por lo mismo, es importante ser conscientes del daño que nos podemos generar, pero también tener compasión ante aquello. Según Ellen Langer, profesora de psicología en la Universidad de Harvard, nuestras acciones negativas pueden tener un lado negativo.

En ese sentido, acotó “Por ejemplo, una persona considerada crédula por los demás puede considerarse confiada y puede resultarle difícil cambiar el comportamiento negativo porque valora el lado positivo del mismo”, indicó The Washington Post.

3. Define y desafía tus pensamientos negativos: La mejor forma de definir este punto es “no tengo que estar de acuerdo con lo que pienso”.

Literalmente, es entender que no debes creer en esos pensamientos como “no iré al gimnasio porque estoy cansada” cuando sabes que debes ir porque le hace bien a tu salud y realmente no estás cansada.

4. Haz lo contrario de lo que piensas: una vez que identificas tus pensamientos negativos, la clave es ir y hacer lo contrario.

Por ejemplo, nunca termino mis labores a tiempo y siempre estoy haciendo todo a última hora. En ese sentido, romper el patrón y hacer lo contrario es organizarte para comenzar antes y terminar a tiempo y en tranquilidad.