De acuerdo a la Universidad de Harvard, este síntoma lo comparte uno de cada 20 pacientes con linfoma de Hodgkin y ocurre al consumir cantidades mínimas de alcohol.

La mayoría de los adultos han sufrido malestares por beber alcohol, sin embargo, para algunas personas, los malestares que significa tomarse una copa podrían ser un signo de cáncer, específicamente podría indicar que se sufre de un linfoma de Hodgkin.

Y no, antes de que se desate una alarma colectiva, no se habla de una resaca, sino que, en extraños casos, se siente un dolor en los ganglios linfáticos con apenas unos sorbos de alcohol.

De acuerdo a la Clínica Mayo, El linfoma de Hodgkin es un cáncer del sistema linfático, que forma parte del sistema inmunitario. Aunque puede afectar a personas de toda edad, es más frecuente en adultos entre 20 y 40 años y en mayores de 55.

En esta enfermedad, las células del sistema linfático crecen de manera anormal y pueden extenderse fuera de sus áreas.

De acuerdo a la institución, este tipo de cáncer tiene los siguientes síntomas:

  • Inflamación indolora de los ganglios linfáticos del cuello, las axilas o la ingle
  • Fatiga persistente
  • Fiebre
  • Sudores nocturnos
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Picazón intensa
  • Mayor sensibilidad a los efectos del alcohol o dolor en los ganglios linfáticos después de beber alcohol
  • ¿Qué tipo de dolor es?

    Este último signo también fue compartido por un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, donde explican que los síntomas tras consumir alcohol aparecen en una de cada 20 personas con la enfermedad, caracterizándose por un dolor en los ganglios linfáticos.

    Estas glándulas se encuentran en el cuello, la axila y la ingle. De acuerdo al estudio, ese dolor sucede porque, tras la aparición del linfoma, muchas de las células de estos ganglios sufren una mutación que es reactiva al alcohol etílico.

    “Se ha informado que el contenido de alcohol de un chocolate relleno de licor o incluso un sorbo de cerveza desencadena el dolor”, mencionan en la revista Anesthesiology.

    “El dolor inicia de inmediato, con descripciones de los pacientes que varían de ‘doloroso’ a ‘punzante’, y una intensidad varía de leve a insoportable, que logra que los pacientes dejen el alcohol por completo”, añaden.

    El Dr. Graham Collins, hematólogo de la Fundación NHS de los Hospitales de la Universidad de Oxford, explicó al medio inglés The Sun que “el alcohol puede relajar los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a un aumento adicional de la presión dentro de los ganglios linfáticos, ejerciendo presión sobre la cápsula circundante y causando dolor”.

    De todas formas, la revista médica Verywell Health señala que, aunque existen teorías, no existe un motivo sobre el dolor que surge con el alcohol y la enfermedad.

    De todas formas, se aconseja siempre acudir a un médico especialista cuando se sospecha de sufrir algún síntoma de cáncer o cualquier otra enfermedad para así poder tener un diagnóstico acertado y el tratamiento correcto.