Es sumamente importante entender la naturaleza no solo cómo paisaje, sino como una defensa y posibilidad de futuro frente al cambio climático en entornos urbanos.

¿Ha tenido la impresión de que cada vez que llueve en su ciudad, la acera se inunda rápidamente en poco tiempo? ¿Creería que la mejor defensa que tenemos contra los estragos del cambio climático está en nuestro paisaje?

Hoy en día somos testigos de la baja capacidad de respuesta de nuestras ciudades a olas de calor, inundaciones, estrés hídrico, vientos y lluvias extremas, eventos que -producto del cambio climático- se prevé serán cada vez más frecuentes de acuerdo con la nueva estrategia de adaptación al cambio climático de la Comisión Europea.

Al mismo tiempo, el Informe de Acción Planetaria del Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente, señala que el mundo enfrenta una crisis ambiental por la contaminación y pérdida de biodiversidad que amenazan la habitabilidad del planeta para los seres humanos.

El informe The economics of biodiversity del economista Británico Dasgupta nos recuerda que la biodiversidad es un elemento clave de la biósfera y de los ecosistemas, fundamentales para la sostenibilidad de la vida en el planeta. La purificación del aire y el agua, la regulación de la temperatura y de las inundaciones, y la captura de carbono, son aspectos vitales que esta nos proporciona para un entorno urbano sostenible.

Es sabido que una de las mayores amenazas a la biodiversidad es la urbanización, porque genera un daño ambiental severo producto del cambio de uso de suelo y de la alteración del ciclo del agua. Sin embargo, podemos avanzar hacia ciudades que convivan con su naturaleza, y que disminuyan la presencia del asfalto y el hormigón, para dar lugar a la convivencia con canales, ríos, humedales, árboles y aves. Es decir, es sumamente importante entender la naturaleza no solo cómo paisaje, sino como una defensa y posibilidad de futuro frente al cambio climático en entornos urbanos.

Chile se caracteriza por su rica geografía, la que da origen a paisajes diversos resultantes de su biodiversidad. Esos paisajes enmarcan nuestras ciudades, pero no participan de ellas. Principalmente, porque la naturaleza en la ciudad está limitada al concepto de áreas verdes, y la biodiversidad como tal no está incorporada en la normativa o instrumentos de planificación territorial.

La Ley General de Urbanismo y Construcciones entrega una lectura que disocia la naturaleza dentro y fuera del límite urbano. Si bien la Ley 21.660 sobre protección ambiental de las Turberas o la Ley 21.202 de Humedales urbanos (2021) son grandes avances en protección de ecosistemas, la incorporación del enfoque en biodiversidad urbana en instrumentos de planificación permitiría agilizar acciones en su desarrollo y protección.

El rol del paisaje es clave para alcanzar el paradigma de ciudades sostenibles y resilientes, y cada ciudadano tiene una oportunidad para transformar nuestras ciudades y mejorar su relación con su entorno natural, a través de la toma de decisiones para la protección de la vegetación y fauna local desde el lugar que habita.

En este contexto, repensar las ciudades frente a la adaptación y mitigación a los impactos climáticos es fortalecer y aprender como eje central del desarrollo urbano. Tenemos mucho que aprender de los sistemas naturales para repensar las ciudades frente al desafío del cambio climático desde la protección de la biodiversidad y de los ecosistemas locales.

Margarita Jans
Académica Escuela de Arquitectura UDP

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