La investigación clínica es una actividad esencial para el avance de la medicina y el desarrollo científico de tratamientos efectivos para un amplio rango de enfermedades con necesidades médicas insatisfechas.

Se trata de un proceso global, dado que existen 123 países que -por lo menos- cuentan con un ensayo clínico en ejecución. En el territorio nacional se ejecutan 20.8 estudios clínicos por millón de habitantes, a mayo de 2024; y Chile asume el liderazgo en Latinoamérica en este apartado, superando a países como Argentina, Brasil, Panamá, Costa Rica y Colombia, de acuerdo con cifras de la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF). 

La industria farmacéutica juega un rol crucial en la investigación clínica. En Chile, entre los años 2015 al 2023, se aprobaron un total de 752 estudios, de los cuales el 97% fueron patrocinados por el sector farmacéutico. De esa cifra, el mayor número de estudios aprobados fueron oncológicos, seguido por broncopulmonares y de reumatología.

Los ensayos clínicos generan un aporte al país y en la mejora de los sistemas de salud, no sólo por el avance del conocimiento y la inversión en el desarrollo de innovaciones terapéuticas, sino también, involucra la alianza con otras industrias; equipos científicos y centros de investigación propios de cada país, donde la contribución y sinergias son fundamentales para encontrar soluciones para los diferentes problemas de salud pública a los que nos enfrentamos, en patologías tan relevantes como las respiratorias, oncológicas, enfermedades autoinmunes, gástricas, entre otras.

Por ello, instamos a buscar activamente colaboraciones que permitan a los sistemas de salud acceder a la ciencia de vanguardia, reconociendo que la innovación nos permite el acceso a mejores terapias, las que siempre deben probar su eficacia y seguridad ante las entidades regulatorias de cada país, como es el Instituto de Salud Pública (ISP) en el caso de Chile.

Asumimos el compromiso de seguir trabajando desde nuestra área de la salud para potenciar la enorme oportunidad que tiene Chile de estimular la investigación clínica y generar, desde la ciencia, un beneficio genuino en la calidad de vida de los pacientes.

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